La guardería canina de la Isla se convirtió en un botín de guerra
El cuidador y el Municipio, enfrentados.
La guardería canina de la Isla Jordán se ha convertido en un botín de guerra. Ángel Parada, el cuidador que vive entre los perros desde hace ya muchos años, acusa al personal municipal de avasallar sus bienes y promover, por acción u omisión, el exterminio de los animales. “Hace 13 años que estoy acá, llegué antes que los perros”, dijo.
Sin embargo, desde el Municipio recordaron que este hombre nunca estuvo ahí por derecho propio, sino porque usurpó el lugar, y su presencia en la guardería se ha convertido en un problema grande porque pone todo tipo de trabas para que los empleados del departamento Zoonosis puedan cumplir con su trabajo como corresponde. Las dificultades que tienen a diario para limpiar el predio y alimentar a los perros, revisarlos o medicarlos si están enfermos o lastimados, son tan importantes que la titular del área, Gini Zalazar, admitió: “Con él adentro del predio, es imposible controlar la población canina. Como vive ahí y se ha apropiado de una parte, tiene vía libre y al retirarse el personal, entra y saca animales cuando quiere o le parece. Continuamente entorpece nuestro trabajo”.
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Incluso, advirtió que se niega muchas veces a que los empleados le brinden algún tipo de asistencia a sus propios perros que tiene hacinados dentro de su casa. “No están en buenas condiciones y tampoco nos deja ayudarlos”, acotó la veterinaria.
470 eran los perros que había en el predio en el último control que realizó el Municipio.
Discusiones
La mala convivencia entre Parada y los empleados municipales que concurren al predio de la Isla Jordán se fue acrecentando en los últimos meses, tanto que derivó en una denuncia policial por agresiones y amenazas en contra de este señor. La radicó la capataza del refugio, quien está a cargo del resto del personal e informa a sus superiores cuando hay perros enfermos o lastimados que requieren atención médica.
“Este hombre tiene conflictos permanentes con el personal, porque se cree que es dueño de todo y resulta muy agresivo en sus expresiones. No llegó a golpear a nadie, pero insulta y no está bien”, sostuvo Zalazar.
Alguna vez la Justicia quiso avanzar con un desalojo, pero algunas proteccionistas lo impidieron. Hoy el Municipio no planea intentarlo de nuevo, pero sí reubicarlo en otro sector del predio donde no interfiera con la labor de Zoonosis.
Desde el Ejecutivo municipal quieren acondicionar un tráiler con baño, pero el objetivo se interrumpió y quedó en stand by por falta de presupuesto.
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