Un yate en el que iban más de 25 jóvenes estuvo a punto de hundirse en el río Paraná mientras realizaban una fiesta clandestina, en plena pandemia y con los casos de coronavirus en alza. Las imágenes se viralizaron en redes sociales y causaron indignación por la falta de medidas sanitarias en medio del aumento de casos. Investigan cómo los dejaron partir y analizan sanciones.

El episodio ocurrió después de que el nutrido grupo de jóvenes saliera del Club Náutico de esa ciudad entrerriana. Los "fiesteros" se dirigían hacia la llamada "Isla Bonita", y durante el trayecto llevaban adelante una fiesta, con alcohol y música. El agua comenzó a filtrarse por la popa debido al sobrepeso que registraba el yate, como consecuencia del exceso de personas.

En las fotos que se viralizaron se ve cómo parte de la embarcación quedó sumergida por la cantidad de pasajeros y también se observa que no respetan ningún tipo de distanciamiento ni el uso de barbijo a bordo.

El protocolo de Prefectura estableció que las embarcaciones solo pueden ocupar el 50 por ciento de su capacidad, pero se respeta poco. Según el diario El Litoral, durante el fin de semana fueron cientos de personas las que asistieron a diferentes eventos en la zona y no cumplieron con esa norma en cuarentena.

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Tras la fiesta, el yate terminó semihundido en el río Paraná.

Ante esto, Leonardo Díaz, el presidente del Club Naútico de Paraná, habló con TN: “El barco salió sin los requisitos que nosotros ponemos en esta época, de una manera irresponsable llevando demasiada carga a bordo, algunos socios y otros no socios del club”, señaló.

Y continuó: “Sucedió que el exceso de carga hizo entrar agua por las ventilaciones del motor y, gracias a Dios, estaban tocando el borde de una isla y se hundió la parte de motor, y máquinas quedando el resto en arena”. Díaz también señaló: “Estamos advirtiendo a los socios que en la situación en la que estamos tenemos que cumplir con el distanciamiento social en las embarcaciones, las estamos despachando con el 50% de la capacidad”.

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“Me gustaría comentar que el sacar una embarcación o un despacho es como una declaración jurada del patrón o timonel”, explicó. También detalló que el yate del incidente tiene capacidad para 10 personas e iban unas 25. Y finalizó: “Si después de lo que uno declaró de pasajes y personas, hace y deshace y sobrepasa las medidas, creo que ahí es total responsabilidad de esa persona”.