El sorprendente gesto de pareja local con el chango varado
"Vinieron de Neuquén y no quisieron dejar sus nombres", explicó una mujer de la Terminal. "Lloramos los dos", confesó la pareja de Cristian desde Tucumán.
La familia del trabajador golondrina que fue engañado en el Alto Valle espera con los brazos abiertos la llegada a Tucumán del muchacho que en la tarde del miércoles emprendió el regreso desde Cipolletti luego de la desinteresada ayuda de una pareja que prefirió "no dejar ningún rastro ni datos".
Como contó LMC, Cristian estaba desde el sábado varado en la Terminal de Omnibus esperando conseguir los recursos para volverse a su tierra, tras una decepcionante experiencia laboral en la zona.
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Pues bien, poco después de que se difundiera esa noticia, "una pareja joven que creemos vino de Neuquén se le acercó y le pagó el boleto", contó una mujer que trabaja en ese punto de la ciudad en el que arriba y se marcha gente.
Seguidamente, aseguró que no quedaron datos ni rastros de quienes protagonizaron la acción solidaria de la semana y optaron por colaborar desde el anonimato.
No fueron los únicos que se comprometieron con la causa. "También otra gente, como un tal José, se encargaron de comprarle comida para el largo viaje". ¡Genios!
"Lloramos los dos de la emoción"
Si bien Cristian no lleva celular consigo y está en pleno viaje, LMC accedió al número de su familia y su pareja Romina nos confió muy agradecida. "Lloraba Cristian, no lo podía creer el gesto de estos chicos. Lloramos los dos. Muy triste fueron estos días, yo acabo de ser mamá y él no conoce a su beba. Esta noche llega. Gracias a Dios y gracias a todos los que nos ayudaron, se merecen mucho más de lo que nos dieron", indicó Ro.
¡Que bueno que aún haya gente con tamaña sensibilidad social! ¡Felicitaciones y buen retorno, Cristian!
La palabra del Chango tucumano
"Vine hace como 2 meses. Cambiaron un poco las condiciones de repente. Ultimamente me pagaban 4500 pesos por podar casi 50 plantas diarias, no me convenía. El jueves pasado dije basta. Te alcanza apenas para comer, que está todo caro acá, no le puedo mandar plata a mi mujer que necesitamos, con una beba recién nacida", confesó el muchacho que ya extrañaba la almohada y el colchón y dormía en un banco.
"Soy de San Miguel, Tucumán. Mi señora viene hablando con políticos, concejales de allá, porque el pasaje cuesta $ 44.560 (Flecha Bus). No descarto que lo consiga hoy miércoles, pero desde el lunes que ya casi estaba y nada. Me dijeron que se ganaba bien acá, queríamos terminar la casa y por eso acepté el desafío. Pero la poda entera por esa poca plata es una locura. La primera vez que vine a probar suerte. Insisto, hay buena gente pero los que no sirven son los contratistas, la quieren toda para ellos. No veo la hora de irme para conocer a mi Priscila, de 15 días", había dicho antes de que una pareja de buen corazón se solidarizara con él.
La pesadilla tuvo final feliz.
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