Boqueteros se llevaron cerca de 2 millones en artículos electrónicos de Naldo
Con el correr de las horas se supo que los ladrones se apoderaron de notebooks, teléfonos, tablets y relojes. El gerente de la firma entró al local cuando estaban adentro los ladrones. Buscan pistas en las cámaras de seguridad.
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Un botín estimado en unos dos millones de pesos, compuesto por computadoras, tablets y teléfonos, entre otros artículos de electrónica, robaron de la sucursal de la cadena de electrodomésticos Naldo, ubicada en San Martín 326, pleno centro cipoleño.
El atraco hubiera sido de mucha mayor magnitud si no hubiera sido porque el gerente concurrió al local advertido por las alarmas. Fue un momento dramático, porque porque estuvo a punto de encontrárselos cara a cara.
“Estaban adentro cuando llegué, por poco no me los cruzo”, sostuvo Darío Lillo, el responsable del comercio.
El robo fue descubierto durante los primeros minutos del domingo, aunque todo indica que los ladrones habían empezado la faena algunas horas antes, por lo que deducen que actuaron con movimientos planificados.
Creen que los delincuentes ingresaron a los fondos del edificio por alguna propiedad vecina. Allí con la ventaja que les dio el escondite, abrieron un boquete en el techo de chapa. Todo indica que utilizaron tijeras que les permitió cortar chapa el grueso material y otras herramientas para violentar la estructura.
Una vez adentro del salón cortaron el suministro de energía con el objetivo de anular el sistema de seguridad y los sensores internos, por lo que también presumen que tenían cierto conocimiento en este aspecto. Convencidos de que nada frenaría sus intenciones delictivas forzaron la reja de un depósito donde guardan los aparatos tecnológicos de más costosos, de donde sacaron notebooks, tablets, teléfonos y smartwatch (relojes inteligentes). Todo lo fueron guardando en bolsones de plástico utilizados para empacar acolchados, que encontraron allí.
Lillo indicó que encontraron varias de esas bolsas repletas con mercadería listas para ser trasladadas, lo que abona la teoría de que los intrusos debieron escapar antes de lo previsto cuando lo escucharon llegar. Además, también encontraron herramientas que habían llevado los intrusos, como también prendas de vestir.
Si bien hasta este lunes no habían concluido el recuento para determinar cuánto robaron, Lillo indicó que un primer conteo revela que se llevaron al menos cinco notebooks, unos 20 teléfono y varias tablets y relojes. En base a ese cálculo estiman que el botín asciende a unos dos millones de pesos.
Desde el Ministerio Público Fiscal informaron que trabajan en la investigación y que, entre otras medidas, están analizando las cámaras de seguridad del comercio.
“Estaban adentro cuando entré”
Los ladrones fueron muy selectivos y buscaron los artículos de mayor valor y de menor volumen, se presume porque es más rentable y dificulta menos la retirada del lugar. Lo evidencia lo que no se pudieron llevar ante la aparición del gerente.
La policía concurrió rápidamente, ni bien los alertó poco antes de la 1 del domingo, indicó Lillo. Le había sonado nuevamente la señal de la alarma del dispositivo de seguridad del local, como le había sucedido varias veces en las horas previas.
En ese último aviso Lillo fue hasta la sucursal y entró por la puerta más cercana a Villegas, donde está el salón exclusivo para la venta de motos, bicicletas y otros rodados menores. Estaba oscuro, porque habían cortado la electricidad, pero igual pudo ver que una puerta que da a dependencias interiores estaba abierta, cuando siempre queda cerrada y eso le hizo sospechar.
Entonces escuchó ruidos desde el interior e inmediatamente salió a llamar a la policía.
“Estaban acá adentro cuando entre, casi me los encuentro cara a cara”, destacó. Los primeros patrulleros llegaron a los pocos minutos, recordó, pero suponen que fueron suficientes para que los ladrones escaparan con lo que pudieron cargar.
No había pistas de los autores
Hasta el momento no surgieron datos acerca de pistas o sospechosos. Como es habitual, los primeros pasos de la investigación se hace en total silencio para no frustrarla.
Se presume que actuó un equipo formado por varios delincuentes que tienen cierto conocimiento de electricidad, alarmas y demás mecanismos para proteger un inmueble. Pudieron cortar la energía y conexiones del sistema de seguridad, además de buscar anular sensores. Aunque de todos modos el mecanismo fue efectivo, demostraron contar con una orientación técnica.
Por el voluminoso botín que pensaban apoderarse, creen que los esperaban en un vehículo para desaparecer de la escena, pues si bien se pensaban llevar los aparatos en bolsos de cubrecamas algo más grande que una mochila escolar, eran varios, y se desprende que no iban a andar con todo eso caminando en pleno centro y de madrugada.
Hasta el momento no se sabe del aporte de testigos. Esperaban dar con algún relato que les brinde alguna pista de ladrones, considerando que en las noches de fin de semana suele haber un movimiento significativo en la esquina de San Martín y Villegas, a no más de 30 metros, donde funciona un conocido bar.
De hecho, el operativo policial fue notable por la cantidad de patrulleros que concurrieron, y hasta cortaron la circulación vehicular durante un buen rato. Por eso toman importancia las cámaras de seguridad propias y del sector.
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