Boqueteros de comercios cipoleños condenados a prisión efectiva
Son dos delincuentes chilenos que entraron a Naldo y dos días después intentaron hacerlo en la joyería Scorpio. Ambos admitieron su culpabilidad. Las cámaras de seguridad fueron clave para descubrirlos.
Dos ladrones de nacionalidad chilena que robaron un botín millonario de la sucursal de la cadena de electrodomésticos Naldo a través de un boquete e intentaron con la misma técnica delictiva entrar a la joyería Scorpio -en pleno centro cipoleño- fueron condenados a cumplir cárcel efectiva.
Ambos fueron imputados por “robo agravado por escalamiento” y “robo agravado por escalamiento en grado de tentativa” y continuarán presos, pues estaban con prisión preventiva desde que fueron apresados.
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Jhon Paul Araneda Veloso recibió una pena de 3 años de encierro, mientras que su compañero Víctor Villalobos Gutiérrez, cuatro años y tres meses, por sus antecedentes penales.
Los dos boqueteros admitieron su responsabilidad en los hechos y lograron acordar la pena en juicios abreviados que tramitó cada uno por su parte.
El primero de los hechos ocurrió entre la noche del 19 de marzo y la mañana siguiente en el local de Naldo ubicado en San Martín 336, donde los ladrones abrieron un agujero en las chapas de zinc y accedieron al sector del depósito.
Allí cortaron los cables de la sirena de la alarma y los de las cámaras de seguridad, y se apoderaron de decenas de teléfonos celulares, unas cinco notebooks, varias tablets y smartwatch (relojes inteligentes). Un primer balance indicó que el botín superaba los 2 millones de pesos, de acuerdo a lo que afirmó en aquel momento el gerente del comercio, quien por poco se encuentra con los intrusos cara a cara.
Ocurre que concurrió al local debido a que, pese a que intentaron anular al sistema, la alarma se activó igual, lo que impidió que el saqueo hubiera sido mucho mayor, pues cuando advirtieron la presencia del encargado escaparon con lo que habían acopiado.
No solo funcionó la señal de seguridad, sino que también lo hicieron las cámaras de vigilancia, que los dejó registrados.
Además de los productos electrónicos se llevaron la mochila de un empleado, elemento clave para vincular a los acusados con el atraco cometido a Scorpio, en Yrigoyen 261, ocurrido dos días después, el 21 de marzo.
Aquí también hicieron un agujero en el techo de chapa, pero igual que el caso anterior funcionó el mecanismo antidelictivo y se vieron obligados a escapar por la calle Belgrano. En la urgencia dejaron una mochila, que resultó ser la del empleado de Naldo.
Los investigadores abocados al caso tuvieron como elemento probatorio relevante las imágenes de las cámaras de seguridad que permitió individualizarlos.
La fiscal Eugenia Vallejos y Darío Sujonitzky, defensor de Araneda Veloso, propusieron cerrar la causa con un juicio abreviado con un castigo de tres años de prisión efectiva, acuerdo que avaló el juez Guillermo Merlo.
Lo mismo consensuaron la fiscal Alejandra Altamira y el abogado de Villalobos Gutiérrez, Federico Batagelj. Pero en su caso convinieron una sanción de cuatro años y tres meses de cárcel de cumplimiento efectivo, lo que fue aprobado por los jueces Julio Sueldo, Marcelo Gómez y Guillermo Vaquero Lazcano. El monto fue mayor por que el delincuente tenía una condena de dos años de prisión impuesta en 2015 por la Justicia de Chubut.
Las pistas que siguió la investigación
Los policías abocados a la investigación de los dos hechos tuvieron como grandes aliados las imágenes obtenidas de cámaras de seguridad y el aporte de la fuerza de Neuquén.
Uno de ellos, perteneciente al Departamento de Investigaciones de la Comisaria Tercera de la ciudad capital, reconoció a Villalobos Gutiérrez.
Mientras que otro suboficial del Cuerpo de Investigaciones Judicial de Cipolletti realizó un rastreo virtual en Facebook y al cotejar el perfil de Villalobos Gutiérrez descubrió en una de sus fotografías que vestía la misma ropa que llevaba en los dos atracos, tanto en Naldo como en Scorpio.
Esos elementos probatorios fueron contundentes y permitieron llegar al esclarecimiento del raid delictivo, más allá de la confesión de ambos como autores de los hechos. Eso valoraron los jueces a cargo de las causas.
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