Una pareja que hace jugar y divertirse a los más chicos
Desde hace diez años, Agustina y Esteban fabrican juegos didácticos de madera destinados a niños de 2 a 6 años
“Nos encanta jugar, yo soy muy infantil y mi pareja también”, dice Agustina Malter Terrada, de 34 años, y su mirada se encuentra con la de Esteban Siciliano, de 35, quien agrega “estamos muy metidos en el mundo de los chicos”. Así se presentan quienes hace diez años con sus propias manos y mucha pasión fabrican los juegos didácticos en madera Pipikuku destinados a niños y niñas de 2 a 6 años.
En el taller de la calle Misiones, Agustina explica que la fabricación de juegos didácticos requiere de una constante atención en cada proceso de elaboración pero sobre todo mucha pasión. Una pasión que despliegan desde la idea del juego, el diseño hasta la organización de los pedidos para las jugueterías ubicadas en distintos lugares de la provincia y del país.
Pero antes de poner en marcha Pipikuku, Agustina y Esteban se habían enfocado en crear un emprendimiento basado en el diseño y fabricación de mobiliario infantil. “Nos encantaba la idea de crear muebles para chicos pero todo lo relacionado al espacio que requería y el despacho lo veíamos complicado, entonces decidimos por un producto capaz de producirse en serie y de fácil traslado como los juegos didácticos”, explican a LM Neuquén. La decisión de ponerle todas las fichas a este proyecto los llevó a abandonar sus carreras universitarias: ella, Administracion, y él, Ingeniería en Petróleo.
Confiesan que desde que comenzaron la respuesta ha sido “muy favorable” y así pudieron ir ampliando y mejorando la oferta de productos. “En primer lugar buscamos un producto que nos gusta hacer o que falta en el mercado, y después dependiendo de la edad nos enfocamos en el juego, analizamos el tamaño de las piezas y su funcionalidad”, describe Esteban, el encargado de poner en máquina las maderas. Agustina agrega entre risas “nos complementamos porque él apunta más a la diversión que ofrece el juego y yo a lo educativo. Él (por Esteban) quiere que el chico juegue y yo que aprenda”.
Para ambos la madera ofrece algo especial en comparación a los juegos de plástico u otros materiales. “La madera brinda una calidez y una sensación especial en la mano de un chico. Siempre digo que el juguete de plástico no transmite lo mismo que uno de madera”, explica Agustina. “No es que el chico toca un botón y ocurre algo, el chico tiene que rebuscársela, no se limita a una actividad específica, es imaginación libre”, agrega.
Los hacedores de Pipikuku muestran orgullosos sus “tesoros” que por estos días distribuyen por el Día de las Infancias que se celebra el próximo 16 de agosto. Entre ellos, los teatros temáticos que según Agustina fue la “estrella” en cuanto a ventas. Los teatros temáticos incluye cuatro títeres y 20 modelos de títeres ideales para crear infinitas historias. “El juego es un gran aliado para mejorar el vocabulario, la expresión verbal y la imaginación, y es perfecto para estimular la autoestima y la confianza”, expresan.
Las medidas y restricciones que se tomaron al comienzo de la pandemia no provocó un impacto negativo en la empresa “ya que por nuestra forma de comercialización al no tener venta al público ya teníamos todo organizado para la venta on line. La pandemia nos agarró bien preparados en ese sentido y por suerte fuimos privilegiados”.
El 16 de agosto no será un día más para estos emprendedores. Fueron papás hace dos meses y medio de Lautaro y dicen estar ansiosos de que llegue el momento de que su hijo juegue con los juegos que ellos mismos producen y así compartir largas jornadas de juego y diversión. Como lo hacen ahora, todos los domingos: “nos encanta jugar, en casa todos los domingos se juega al Burako obligatoriamente y somos con Esteban muy competitivos. Nos encantan los juegos de mesa”, confiesa Agustina.
Para fomentar las habilidades
En cada rincón del taller de Pipikuku en la calle Misiones se despliegan numerosas cajas que contienen las piezas de los juegos que diseñan, elaboran y fabrican Agustina y Esteban. Desde el tradicional rompecabezas de 4, 6 y hasta 36 piezas de madera e imán; los rompecabezas de encastre que ejercitan la memoria visual y ayudan a la concentración hasta los juegos de memoria para niños mayores de 3 años y de asociación que mejoran la capacidad de observación y que ayudan a fomentar la habilidad del niño.
También se puede encontrar el clásico dominó, juegos de recorrido y de letras y números conformado por un set de 48 piezas destinado a niños que están empezando a reconocer letras, luego el orden del abecedario y por último aprender a combinar las letras en sílabas y palabras
Prolijamente apilados en estantes está el tiro al arco, un juego de puntería que incluye dos bolitas para chicos mayores de 5 años.
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