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Un shopping bajo el sol en la playa de Las Grutas

La costa ofrece alternativas laborales, mientras que se refuerzan los controles.

Además de atraer veraneantes, Las Grutas despierta interés por la multiplicidad de puestos de trabajo que genera la temporada. Gastronomía, hotelería, comercio y la atención de complejos de alquiler, se destacan entre las opciones.

La playa también ofrece un universo laboral, algo más acotado, y regido por normas municipales que no siempre se cumplen, lo que muchas veces termina incidentes violentos.

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Es un negocio redituable y por eso tentador, pero también hay que tener un estado físico apto para transitar por la arena durante horas y todos los días, y muchas veces tirando un carro. Es un esfuerzo agotador.

El municipio de San Antonio Oeste estableció desde hace algunos años un tope de poco más de 140 vendedores habilitados: 50 de helados; 22 de churros; 20 de donas; 6 de pasteles; 8 de panificación; 18 de pochoclos; 5 de cubanitos y garrapiñadas; 5 de juguetes y accesorios; 3 de artesanías; 3 de pañuelos y pareos, y tres de bebidas sin alcohol.

Poco antes de su comienzo el municipio lanza un concurso para ofrecer los puestos. Por cada rubro se debe abonar un canon específico. Pero el registro no es solo con fines recaudatorios, pues lo que se persigue también es constatar la calidad de los alimentos que se comercializan para garantizar la seguridad de los veraneantes.

Controles hostiles

Pese a las restricciones oficiales, es habitual escuchar gritos en los que se ofrecen otros productos, como sánguches de milanesa o fiambre, empanadas, escabeches envasados, latas de cerveza o fernet con coca. También se venden muchos anteojos de sol de dudosa procedencia y a muy bajo costo.

Los inspectores municipales intentan controlar la actividad, pero son superados en número ante la extensión de la playa, por lo que muchas veces logran evadirlos.

Además, los ilegales se han organizado, y se comunican entre ellos cuando la autoridad circula por algunas de las bajadas. Si de pronto se acallan los gritos quiere decir que un inspector anda cerca.

Mientras que cuando son interceptados, algunos reaccionan con hostilidad, insultando, amenazando y hasta agrediendo a los inspectores. Por eso en los últimos veranos los municipales salen acompañados por efectivos policiales, para evitar problemas. Así, se ha secuestrado lo inimaginable, además de alimentos.

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