Tristeza por el incendio de la catedral de Notre Dame

El incendio que afectó a la catedral de Notre Dame de París causó conmoción en todo el mundo, por su enorme valor cultural, histórico y religioso. En la región, el cónsul honorario de Francia, Jérôme Sassiat, manifestó ayer su profunda tristeza por el acontecimiento y expresó su esperanza de que el siniestro, pese a lo devastador que ha sido, no haya destruido reliquias y riquezas artísticas de muchos siglos que se albergaban en el interior del grandioso edificio.

Las imágenes de las llamas consumiendo el techo y parte de la estructura fueron vistas por millones de personas en todo el mundo. La aflicción, el dolor y la sorpresa se aunaron en un sentimiento general de consternación, ya que las pérdidas y la destrucción se anticipaban cuantiosas.

“Es una gran pena”, enfatizó Sassiat, quien destacó el intenso significado simbólico que para los franceses tiene la catedral, ya que ha sido un lugar de sucesos trascendentes para la historia de su país, en planos tan diversos y fundamentales como la religión, el devenir de reyes y monarquías y el desarrollo artístico. Tanto su arquitectura como las esculturas, los vitrales, los íconos religiosos y los lienzos pictóricos tienen un carácter invalorable.

A todo esto, en la actualidad Notre Dame, considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, había devenido hasta ahora en uno de los sitios de interés turísticos más sobresalientes de Francia, visitado año a año por millones de personas. Cabe indicar que el país galo es la nación que tiene más visitantes en el turismo mundial.

El cónsul no ocultó su pesar por las imágenes del fuego y de la caída de la aguja central del monumento y resaltó la labor de los más de 400 bomberos que trabajaban ayer para contener las llamas. En este contexto, hizo votos para que se hayan podido salvar las riquezas guardadas y dijo que habrá que trabajar en adelante en la reconstrucción arquitectónica con el auxilio de muchos especialistas.

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