Se terminó el misterio sobre la gran bola japonesa

Durante días, una enorme bola de hierro arrastrada por la corriente en Japón suscitó variopintas especulaciones: ¿podría tratarse de un ovni, un explosivo o un aparato de espionaje?

En un momento de gran tensión mundial por el conflicto de los globos espía chinos, las autoridades no demoraron en llegar a la playa de Enshu, en la ciudad japonesa de Hamamatsu, para asegurar la zona y descubrir qué demonios era esa bola.

Finalmente una radiografía de la bola oxidada reveló que no se trataba de una mina que atravesara la ruta marítima, sino que sólo era chatarra, probablemente una boya utilizada para anclar un barco. La esfera será eliminada, pero por ahora está en posesión de una empresa japonesa.

En tanto, los expertos afirmaron que este tipo de dispositivos se utilizan habitualmente para la navegación y la investigación oceánica, y consideraron extraña la respuesta al incidente. "Quizá todo el mundo esté paranoico por culpa de los globos", declaró el oceanógrafo estadounidense Uwe Send.

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A principios de esta semana, un testigo también dijo que el objeto llevaba un mes en la playa y que él se había adelantado a moverlo, claramente sin prever ningún peligro. "Intenté empujarlo, pero no se movía", declaró a la cadena japonesa NHK.

El incidente de Japón se produjo en un momento de gran tensión por presuntos actos de espionaje. A principios de febrero, Estados Unidos derribó un globo enviado por China para espiar sus emplazamientos estratégicos. Pekín negó las acusaciones, alegando que el globo estaba destinado a investigaciones meteorológicas y que simplemente se había desviado de su ruta.

A su vez, también acusó a Estados Unidos de enviar globos espía a su territorio. El episodio reavivó las tensiones entre las superpotencias mundiales, lo que llevó a Estados Unidos a cancelar el viaje del Secretario de Estado Antony Blinken a China.