La estremecedora reacción de Catalina que emocionó a su mamá: "Estoy feliz"
Paola, la mamá de la pequeña, contó emocionada que la niña abrió los ojos y respondió a estímulos mientras continúa en terapia intensiva.
La salud de Catalina, la nena atropellada por un patrullero en Plottier, mostró nuevos avances alentadores. Su mamá, Paola Marifil, relató emocionada que la niña abrió los ojos, movió las pupilas y respondió a estímulos en uno de los momentos más significativos desde el accidente. La menor continúa internada en el hospital Castro Rendón, donde los médicos aguardan realizarle estudios clave para evaluar posibles lesiones neurológicas.
El parte médico informado a la familia mantiene el esquema de “prueba y error” mientras los profesionales avanzan en la reducción gradual de la sedación. En los próximos días, si su estabilidad se sostiene, se le realizarán una resonancia cerebral y otra de la zona cervical para conocer con precisión el estado del sistema nervioso central.
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Paola relató el momento exacto en el que notó la reacción de su hija. “Estaba en el pasillo y volví a entrar. La enfermera le estaba limpiando los ojitos y vi que no tenía las cintitas. Le pregunté qué había pasado y me dijo: ‘Le estaba haciendo limpieza y me abrió los ojos’”, contó aún sorprendida.
Al acercarse, notó que Catalina tenía los ojos entreabiertos. Entonces empezó a hablarle despacio: “Le digo: ‘Cata, estoy acá, mamuchi. Necesito que me digas si me estás escuchando. Si podés, moveme los ojitos para un lado o para el otro’”.
La respuesta llegó unos segundos después. “Me movió las dos pupilas. Miró para un lado y para el otro. Le pregunté a la enfermera si lo había visto y me dijo que sí, que los había movido”, expresó Paola, quebrada por la emoción.
En un segundo intento, la madre volvió a pedirle una señal: “Le dije que, si podía, abriera un poquito más los ojos o pestañara. Y levantó un poquito los párpados, movió las pupilas hacia abajo y pestañeó”.
Para la familia, estos movimientos significan mucho, sobre todo porque ocurrieron mientras la dosis de sedación se encuentra en descenso. “Estoy más que feliz. Son buenas señales aún con sedación”, afirmó.
En las últimas horas, los médicos optaron por bajar la sedación de manera gradual. Esta decisión permitió que, ante los estímulos de su mamá, Catalina no presentara cambios bruscos en los monitores. “No se dispararon los valores. No cambió la frecuencia cardíaca ni la tensión arterial. Se mantuvo estable”, detalló Paola.
Tras ese momento de lucidez, la niña volvió a dormirse y el equipo médico decidió colocar nuevamente las cintas en los ojos para protegerlos. "Estoy feliz, mi hija está reaccionando", sostuvo.
A la espera de la resonancia y el acompañamiento clave del personal del Castro Rendón
En las próximas horas el hospital definirá si la resonancia del cerebro y de la zona cervical se realizará mañana o pasado. Los estudios permitirán conocer el alcance de las posibles lesiones y orientar el tratamiento y los pasos a seguir.
Mientras tanto, Paola y Esteban continúan acompañando a su hija en cada minuto permitido dentro de terapia intensiva, aferrándose a cada pequeño avance. “Estas son buenas señales. Estamos felices. Seguimos esperando con fe y paciencia”, expresó la mamá.
Durante su estadía en terapia intensiva, la familia destacó el trabajo del equipo de enfermería y de los profesionales del Castro Rendón, quienes asisten a Catalina con dedicación permanente. Paola describió que todo el personal se ocupa de cada detalle, desde el cuidado de los ojitos —que deben mantenerse cerrados para evitar lesiones— hasta la comunicación constante sobre cada cambio en su evolución.
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