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Pollolín: condenan al Gordo Castillo, pero seguirá libre

Su contextura física fue determinante a la hora de incriminarlo en el robo de casi un millón de pesos.

El único acusado por el asalto a la firma Pollolín, Pablo “el Gordo” Castillo, fue condenado a 11 años de cárcel por el hecho ocurrido el 28 de agosto de 2015. La sentencia se conoció ayer en la Cámara Segunda de Cipolletti y lo paradójico es que el imputado no será encarcelado: continuará libre hasta que el fallo quede firme.

Una de las pruebas que lo involucró en forma determinante a Castillo fue su peso y una grabación de video, donde se observa a una persona de gran contextura. “Justamente de esta filmación se desprende un dato por demás significativo, y tiene que ver con la imagen de uno de los autores del hecho, al que si bien no se le distingue el rostro, se le ve con suficiente claridad su contextura física por demás robusta, fuera de lo común, llamativa que es notoriamente coincidente a la morfología del imputado Castillo”, precisó el juez Guillermo Baquero Lazcano.

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Castillo fue llevado a juicio por robo calificado y se transformó en la única persona que respondió por el audaz atraco ocurrido en Pollolín, empresa ubicada sobre San Luis al 3000. Al acusado, en la instrucción, le atribuyeron un papel muy activo, que incluyó disparos y amenazas verbales.

Durante los alegatos, el fiscal Guillermo Merlo consideró probada la participación del Gordo y reclamó un castigo de 16 años.

A su turno, los defensores particulares de Castillo, Oscar Pandolfi y Marcelo Inaudi trataron de poner en duda las pruebas incriminantes y resaltaron que su último antecedente delictivo se remonta al 2002. “No creo que los testigos hayan mentido todos, de ninguna manera se puede condenar y mucho menos a una pena como la que se está pidiendo, totalmente ajena a la vida de Castillo, en el que desde el 2002 no ha tenido antecedentes. ¿Quién después de haber estado más de 13 años sin cometer un delito, rememora su pasado y decide cometer este hecho? No tiene lógica”, se quejó Pandolfi.

Pero la Cámara Segunda no tuvo contemplaciones y consideró que el Gordo fue uno de los autores del robo de 940 mil pesos, que estaban destinados al pago de premios, y nunca aparecieron. Una de las pruebas que resaltaron fueron los testimonios de las víctimas, entre las que se encontraba personal de seguridad. Baquero Lazcano mencionó a uno de los custodios y apuntó: “Su relato fue elocuente, categórico en cuanto a que efectivamente Castillo es la persona a quien identificó en la rueda de reconocimiento”.

“Es que Castillo, por su aspecto, no pasó ni pasa desapercibido, un metro ochenta de altura, y por cierto bastante robusto, obeso, morocho”. Guillermo Baquero Lazcano. Juez que presidió la Cámara Segunda de Cipolletti

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