Otro condenado por el asalto a la sidrera La Farruca, aunque quedó en libertad
Es quien condujo la moto que llevó al asaltante. La investigación determinó que no sabía del plan delictivo. Le cambiaron la calificación y le dieron prisión condicional, con el cumplimiento de la pena.
Quedó totalmente esclarecido el asalto a mano armada registrado el 22 de marzo de este año en la sidrera La Farruca de Fernández Oro, donde un empleado que intentó impedir el hecho sufrió un balazo en una pierna.
Ya fue condenado Rubén Oscar Yáñez a 3 años y 10 meses de prisión efectiva tras admitir su culpa en un juicio abreviado. Terminó confesando que fue él quien ingresó al establecimiento industrial ubicado en la Ruta 65 y la calle 1º de Mayo y cometió los hechos.
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En tanto que recientemente también fue sentenciado Juan Carlos Mora a 6 meses de cárcel de efectivo cumplimiento porque tiene antecedentes delictivos. Pero como estaba en prisión preventiva domiciliaria con una tobillera electrónica, le dieron por cumplida la pena por el tiempo transcurrido y quedó en libertad.
Lo sorprendente es que Mora estaba sospechado de haber participado como cómplice del hecho, ya que inicialmente se consideró que condujo la moto en que llegaron al lugar y luego escaparon, pero en la investigación se determinó que no irrumpió al establecimiento como si lo hizo Yáñez, sino que permaneció en el exterior, y no tenía conocimiento que su compañero iba a cometer el asalto.
Se destacó que la prueba reunida indicó que “no se comprometió a otra cosa, aunque debe responder por el delito consumado y su participación es necesaria por robo simple”.
Por ese motivo la Fiscalía representada por Alejandra Altamira y el defensor Oficial Sebastián Perazzolli consensuaron modificar la calificación legal, y enrostrarle el delito de “robo simple como participe necesario”.
Pena consensuada
El acuerdo incluyó la propuesta de condenarlo a 6 meses de prisión efectiva y la declaración de reincidencia, ya que Mora cuenta con antecedentes delictivos por haber sido condenado en 2013 a una pena unificada de 14 años y 9 meses de prisión, por causas no precisadas.
Pero como estaba en prisión preventiva de modo domiciliaria desde el 25 de marzo -tres días después del golpe- el arreglo establecía darle por cumplido el castigo, retirarle la tobillera y dejarlo en libertad.
El ofrecimiento fue aceptado por Mora, con lo que quedó asentado que admitió su culpabilidad. Era una condición para que prosperara el procedimiento abreviado.
Mientras que las víctimas también lo aceptaron y manifestaron que no tenían interés en seguir la ejecución de la pena.
Pruebas e indicios
El juez Marcelo Gómez avaló lo concertado por las partes y dictó el fallo en esos términos.
Sostuvo que además de la confesión contaban con los elementos de prueba reunidos por los investigadores. Mencionó en este sentido el testimonio de los damnificados, imágenes de cámaras de seguridad, datos obtenidos de un celular secuestrado y el confronte de una huella de calzado, que coincidió con uno secuestrado al acusado en un allanamiento a su domicilio.
Aprobó también la recalificación del hecho dado que Mora “desconocía que Yañez fuera con un arma de fuego apta para el disparo a cometer el hecho”, por lo que consideró que debe responde por haber prestado una colaboración “para la llegada y huida del lugar que de otro modo no podría haberse realizado”.
El atraco
El atraco se produjo alrededor de las 13 del viernes 22 de marzo último, cuando Rubén Oscar Yáñez y Mora llegaron al establecimiento industrial ubicado en la Ruta 65 y la calle 1º de Mayo abordo de una moto tipo enduro.
Mientras Mora quedó al mando del rodado, Yáñez portando una pistola 9 milímetros entró a las oficinas donde se encontraban dos empleados y les exigió la entrega de dinero, teléfonos y documentos. Luego los maniató con cables de electricidad y comenzó a revisar los cajones y armarios de la oficina en búsqueda de los elementos de valor. Encontró una notebook y un celular de la empresa, que metió en una mochila.
Pero no quedó conforme, y se dirigió a otra dependencia interior en busca de algo más para engrosar el botín.
Le tiró agua caliente
El delincuente no contó que uno de los empleados que había dejado atados logró liberarse y se escondió detrás de una pared, hasta que tuvo de frente al ladrón. Rápidamente tomó un recipiente de agua caliente que encontró y se la arrojó en el rostro.
Ante la sorpresa, Yánez le advirtió “ahora te quemo” y disparó dos balazos. Uno le impactó en el muslo derecho, provocándole una herida con orificio de entrada y salida.
Allí se trabaron en una lucha cuerpo a cuerpo que la siguieron hasta la salida del área administrativa. En la refriega se le cayó la mochila con el botín y corrió hacia la moto donde lo esperaba su compañero delictivo, con el que escapó en dirección a la Isla 10.
Pocos días después los investigadores detuvieron a dos sospechosos en varios allanamientos realizados en domicilios de Allen y General Roca.
Yáñez fue imputado por “Robo calificado por el empleo de arma de fuego apta para producir disparos en grado de tentativa, en concurso ideal con el delito de Portación no autorizada de arma de fuego de guerra”.
Quedó detenido en la Comisaría 26 de Fernández Oro. La causa se cerró en un juicio abreviado acordado por las partes con la condena tres años y seis meses de prisión obligatoria, pero totalizarle el castigo único de tres años y diez meses de cárcel al unificarle otro castigo de ocho meses de prisión en suspenso que le impusieron en agosto de 2021 en General Roca, por un caso que no se indicó.
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