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No pagó el alquiler y la dejaron encerrada

La inquilina es una ex trabajadora de Saturno y denuncia que es maltratada por la dueña.

Una ex empleada de Saturno Hogar está viviendo un infierno desde que fue despedida junto a decenas de trabajadores a fines del año pasado. Nunca cobró la indemnización, se atrasó con el pago del alquiler de la casa en la que vive con sus dos pequeñas hijas y ahora es hostigada por la esposa del propietario, quien la “visita” a diario para gritarle y pegar carteles en las paredes para exigirle que cancele la deuda. Si bien les explicó la situación que estaba viviendo y que pagaría lo que les debe apenas juntara la plata, la dueña colocó un candado en el portón para que no pudiera salir de allí.

Victoria tiene 31 años, reside en el barrio Luis Piedrabuena, tiene una nena de 4 años y otra que está por cumplir 3 en octubre quien, además, debe tomar una medicación anticonvulsiva que cuesta tres mil pesos mensuales. Su pareja la abandonó cuando cursaba el segundo mes de embarazo porque él quería que abortara y ella se negó. Desde muy joven trabajó en diferentes locales comerciales hasta que una inesperada y amarga noticia cambió el rumbo de su vida: su despido.

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El 15 de noviembre de 2017, la empresa Saturno Hogar, perteneciente a Lucaioli, cerró sus puertas y dejó en la calle a más de 240 empleados de todas las sucursales del país. Si bien pelearon por ser reincorporados y protestaron en las calles cipoleñas por sus derechos, jamás vieron un peso de la indemnización, lo que agravó aún más el ya complejo panorama de quedarse sin su sostén mensual.

En diálogo con LM Cipolletti, la joven mamá contó que sale todas las mañanas a buscar trabajo luego de dejar a sus hijas en el jardín -donde reciben un plato de comida asegurado- pero que a la fecha no pudo conseguir nada. Dispuesta a hacerle frente a la crisis, tomó clases de peluquería para comenzar a hacer alisados permanentes de cabello de manera particular y, de esta manera, juntar algo de dinero para solventar los gastos básicos. No obstante, la falta de ingresos provocó que se atrasara con el pago del alquiler, situación que le trajo muchos problemas en las últimas semanas.

“El encargado de las viviendas de la calle Bolivia es el hermano del propietario y siempre traté con él. Un día una pareja vino a la casa, los atendí y comenzaron a atacarme de la nada. Yo les pregunté quiénes eran, porque no los conocía, y ahí me dijeron que eran los dueños. La mujer, de muy mala manera, me dijo que era una desubicada por no pagarles. Yo le conté todo lo que me había pasado, les dije que no me había atrasado de mala fe, que apenas tuviera algo de plata les iba a pagar. Pero no me creyeron”, contó Victoria.

--> Le dio el auto al hermano para que no se lo destrozaran y se quedó sin movilidad

La situación entre la dueña y la inquilina fue subiendo de tono. “La mujer empezó a venir a diario a gritarme desde el portón, a pegar carteles, a molestar a los inquilinos que viven en el piso de arriba que me conocen y me defienden. Lo último que hizo, que me desbordó por completo, fue que se metió en el patio y cerró desde adentro las rejas con una bicicleta y un candado. Tuve que pedirle a mi hermano que se llevara el auto que había dejado afuera, porque tenía miedo de que lo rompiera”.

Al quedarse sin movilidad, Victoria perdió la posibilidad de presentarse a una entrevista laboral y llevar a sus hijas al jardín. Ahora, sólo busca conseguir trabajo, “aunque sea limpiando pisos”, para saldar la deuda, pagar los $7600 de las últimas dos boletas de luz y darles un mejor futuro a sus hijas.

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