Los ladrones no perdonan y arrasan con las bicis

Durante las últimas semanas, no sólo se sucedieron robos de motos y mascotas, sino también de las cada vez más fundamentales bicicletas. Para muchas familias, son su principal medio de movilidad, barato y que, por ejemplo, les sirve para llevar a sus hijos a la escuela, hacer las compras y también trabajar. Pero todo esto poco parece importarles a los ladrones, que se apoderan de los vehículos más caros, de competición, y de aquellos que tienen una sillita de bebé.

Uno de los hechos ocurrió frente a un local comercial ubicado en Fernández Oro y Brentana. La damnificada se encontraba trabajando y no advirtió el accionar de los delincuentes, explicaron fuentes policiales. Como sucede en otros casos, la bicicleta era utilizada por su dueña para ir a su trabajo y a una institución educativa donde desarrolla sus estudios. El robo se produjo el lunes. La bicicleta es una todoterreno, marca Trek, rodado 26.

Otro incidente no menos grave lo sufrió una vecina que vive en una chacra, a dos kilómetros de la Ruta 22. El ladrón se apropió de la bicicleta, con sillita para niños, en la calle Chacabuco, en el barrio Santa Clara. Fue a plena luz del día y la víctima hizo una denuncia. En este caso, la vecina también le da un uso intensivo a su bici, marca Olmo de color rojo: la usa para llevar a su hija a la escuela y para concurrir a su trabajo.

El denominador común de las víctimas es que son vecinos trabajadores, que se ahorran varios cientos de pesos en colectivo y taxi y que no tienen medios económicos como para reponer en forma rápida el vehículo robado. Por este motivo, las imágenes de las bicis se difundieron en las redes sociales con la ilusión de recuperarlas. Lamentablemente, es muy posible que los oportunistas que cobran recompensas se aprovechen de la urgencia y se comuniquen con las víctimas para ofrecerles sus bicis aunque a cambio de una suma de dinero.

El interés por una recompensa

La recompensa se transformó en una modalidad habitual utilizada por los delincuentes cipoleños, que se la cobran a víctimas de robos de motos, bicis o mascotas. Tras el pago que piden, devuelven lo sustraído.