Le robaron el auto y le cobraron rescate para devolverlo
Un cipoleño movió cielo y tierra para recuperar su querido Fiat Uno.
Decidido a recuperar el auto que tanto sacrificio le había costado, no lo pensó más y metió los pies en el barro para encontrarlo. Bruno, de 27 años, no esperó a que la Policía se pusiera en marcha y luego de radicar la denuncia se la jugó y realizó sus propias averiguaciones. Publicó la foto de su vehículo en las redes sociales, comenzó a recorrer tomas y barrios; y con suerte, mucha calle y cintura para indagar en el mundo del delito, salió ileso y recuperó el auto. Eso sí, tuvo que pagar 15.000 pesos de rescate en una negociación insólita que incluyó un auto “en garantía” para ir a buscar el suyo.
El caso dejó en evidencia una modalidad que crece, la de los robos cuyos ladrones no se ocultan y exigen plata para devolver los bienes.
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En menos de 24 horas, Bruno encontró su Fiat Uno, color rojo, en la esquina del boliche Las Palmas. Todo comenzó el lunes, cuando cerca del mediodía, Bruno fue a comprar al súper La Anónima del barrio Del Trabajo. Necesitaba una bandeja de carne para los fideos con tuco que iba a comer con su familia. Entró y salió en cinco minutos, pero fue tiempo más que suficiente para que un delincuente le robara el auto del estacionamiento. A la salida se encontró con dos conocidos que le dieron una mano. Llamaron al 109 y enseguida apareció un patrullero, que trasladó a la víctima hasta la Comisaría 32ª, ubicada sobre la calle Mengelle.
Allí radicó la denuncia y le pasó una foto al policía que lo atendió para que la difundiera por Whatsapp a todos los destacamentos de la zona. Según sus dichos, pidió salir a dar unas vueltas, convencido de que podían encontrarlo, pero los policías que lo llevaron hasta la unidad, luego utilizaron el móvil para llevar a un oficial a su casa, en un descanso. “No hicieron más que papeleo”, agregó el joven cipoleño.
Mientras terminaba con los trámites, tuvo la impresión de que si él no tomaba la posta, no iba a pasar nada. Se fue caminando hasta su casa y, en el trayecto, apeló a todos sus contactos. Muchos fueron a verlo y uno de ellos se prestó para la búsqueda del rodado. Preguntando, de toma en toma, conocieron el negocio que genera la compra de autos robados y su desguace. Al indagar por su vehículo, varios le dijeron: “Si me lo llegan a ofrecer, yo te aviso”. Y, también, le advirtieron: “Si ejercés violencia, vas a recibir violencia. Esto se recupera con dinero”.
Fueron de una punta a la otra, pasaron por varias tomas y barrios, y en todas encontró gente que lo acercó un poco más al objetivo de recuperar su auto. “Una cosa me fue llevando a la otra, y se empezó a correr la bola por todos lados”, comentó.
Así apareció el contacto clave que le hizo puente para recuperar su vehículo. Resulta que un pibe de Neuquén, que estaba de joda en Cipolletti, “levantó” su auto para llegar a su casa, o al menos eso fue lo que le dijeron a Bruno. “Creo que estaba todo armado”, advirtió. Luego fue a parar al domicilio de un “tranza”, quien le advirtió que para recuperarlo tenía que ponerse con 15 mil pesos.
La entrega
La entrega del dinero se pactó en Cipolletti, y el joven, ni lento ni perezoso, pidió que sea en un lugar seguro: a 15 metros de la Comisaría 32ª. También pidió una garantía: otro vehículo que utilizó para llegar a Neuquén.
“Mi viejo me dijo que no pague, pero era esto o nada, y me la jugué. Si no, no lo encontraba más y me costó mucho tenerlo”, confesó Bruno.
Cuando llegó a la esquina de Las Palmas, dejó el auto en garantía y se llevó el suyo. Eran las 21:30. Le faltaban el estéreo y los parlantes. La patente se la habían sacado, pero la encontró en el interior del habitáculo, y las luces no andaban (ver aparte).
Aseguró que la historia para él termina ahí, ya que no quiere problemas: “Si la Policía y la Justicia no hacen nada, yo menos. Es gente del ambiente, si hago algo, después me pasan a mí el vuelto y tengo una mujer y dos hijos que proteger”.
En medio de la conversación, admitió que era consciente del riesgo que corría, ya que conoce la calle y pasó por muchas cosas. “Otra persona pierde el auto para siempre”, aseveró. Se la jugó y en el tránsito se dio cuenta de que “el propósito era agarrar plata rápida, no era el auto, ni ganaban nada con cargarse un muerto”.
Le dolió pagar, pero ya le habían advertido que “con esta gente no se negocia”. Y, después de todo, recuperó su auto.
¿Sin controles?
Paso liberado hacia Neuquén
Bruno sabe que el auto que le robaron fue por Mariano Moreno hasta la Ruta 151 y luego siguió por Ruta 22 hacia la capital neuquina. Cuando pudo recuperarlo, volvió a Cipolletti sin luces ni patente, y en esas condiciones pasó por la Caminera. Había cinco policías apostados en la ruta y ninguno de ellos lo paró.
La distracción policial tiene otro condimento alarmante: la foto del auto robado supuestamente iba a ser divulgada entre los destacamentos de la zona. Sin embargo, Bruno apuntó: “El auto anduvo por Neuquén como si nada, y al recuperarlo, tampoco me pararon. Yo pasé confiado porque llevaba la denuncia en mi bolsillo”.
FRASE
"Si la Policía y la Justicia no hacen nada, yo menos. Es gente del ambiente, si hago algo, después me pasan a mí el vuelto y tengo una mujer y dos hijos que proteger”.
Bruno La víctima del robo aseguró que no insistirá en su demanda.
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