La biblioteca Rivadavia resiste pese a los tarifazos
Cumplirá 81 años y sigue luchando por la cultura y la educación.
La Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia cumplirá mañana 81 años y, como viene pasando, lo hará en coincidencia con la llegada de algunas facturas por servicios con el sello de los tarifazos.
Es una triste casualidad, que en esta ocasión está representada por la recepción de la última facturación del gas, cuyo importe ha ascendido a $6362,59. Para una institución que tiene ingresos acotados y a la que Nación y Provincia le siguen adeudado aportes, implica un gasto significativo y que se une a los demás egresos obligatorios, como es el caso del consumo eléctrico, que la última vez ha trepado a más de $8000 pesos, pero que en meses pasados llegó hasta los $10.000. También se deben agregar los importes por el agua potable, la conexión a internet y el teléfono. En términos generales, son más de $18.000 que consumen los diversos servicios, sin contar los costos por mantenimiento, refacción de computadoras y un largo etcétera.
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El titular de la entidad, Franco Ávila Gross, expresó ayer que cada vez resulta más difícil afrontar los pagos por las prestaciones básicas y atender, además, las exigencias que hacen a la actividad cotidiana. En la biblioteca trabajan siete personas, seis de ellas con sueldos que abona la Provincia y una cuyos haberes dependen de la recaudación propia de la institución.
Para hacerse una idea de los requerimientos, se tiene que tener en cuenta que casi todo el funcionamiento depende de los 800 socios activos, cada uno de los cuales paga una cuota mensual de 90 pesos. Los 72.000 pesos disponibles de máxima por este concepto deben repartirse entre el sueldo del empleado que depende directamente de la repartición (en blanco y con aportes), una parte que se destina para la persona encargada de la cobranza y lo restante a sostener todo el quehacer habitual y sus necesidades.
Hay otros ingresos propios, pero siempre mínimos. Como el de los talleres, cuyo nivel de participación sufrió en su momento una baja por la situación económica.
En síntesis, los montos de que dispone la entidad para su amplia labor cultural, educativa, artística y creativa son reducidos y constituyen una fuente de preocupación.
A todo esto, con casi 81 años a cuestas, la biblioteca no recibe un peso del Municipio, salvo lo que se recauda del aporte voluntario de los vecinos. Estos fondos no superan los 2800 pesos mensuales, suma por demás acotada. Por su lado, Nación y Provincia siguen debiendo algunas partidas.
“La actual gestión municipal no ha puesto ni un peso propio para la biblioteca. Otras gestiones sí lo han hecho. La situación es difícil y faltan aportes de Nación y Provincia”.Franco Ávila Gross, Presidente de la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia
Ingresos cortos, corazón grande
Manden la plata
Desde Nación se le adeudan a la biblioteca Rivadavia fondos que se envían todos los años para los gastos corrientes. En tanto, Provincia no ha remitido los aportes que le corresponden por ley a la institución por la recaudación de la Lotería de Río Negro.
Todo bien claro
La Comisión Directiva de la biblioteca más antigua y más grande de Cipolletti hace su trabajo ad honorem. Días atrás, tuvo su asamblea anual, que terminó con un balance equilibrado y en regla. La lucha continúa para mantener actividades y un reconocido prestigio.
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