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La bailarina neuquina que triunfó en la ciudad de la furia

Emilia Tiemroth nació en Neuquén, tiene 27 años y es profesora de danza contemporánea en Buenos Aires.

Con tan solo 27 años, la neuquina Emilia Tiemroth juntó el coraje necesario para mudarse a la ciudad de la furia tras finalizar el secundario y convertirse en una bailarina profesional. Luego de varios años de estudio en diferentes institutos y constante capacitación en el área logró alcanzar su objetivo con éxito y se ganó su lugar como profesora en un estudio de danza. Además, tuvo la posibilidad de ser parte de un gran número de obras y proyectos, siendo uno de ellos “Mamita!”, la cual se desarrolló pensando en la lucha de las mujeres por la igualdad y la mirada del patriarcado sobre ellas.

Emilia nació en Neuquén capital, vivió algunos años en Cinco Saltos, luego en Plottier y, finalmente, regresó a su ciudad natal. Sin embargo, cuando terminó de estudiar viajó a Buenos Aires, donde está instalada en la actualidad. No sólo es bailarina, sino también profesora de danza contemporánea y trabaja como encargada en el estudio de unas amigas. A pesar de las dificultades y desafíos de la carrera, hoy puede dedicar todo su tiempo a la profesión y, lo más importante, continuar creciendo.

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Los primeros vestigios de su amor por el baile salieron a la luz cuando era aún muy pequeña y, aunque en su momento no lo notó, años después pudo darse cuenta de que era lo que quería hacer de su vida. Es que siempre le gustó disfrazarse con sus amigas, armar coreografías y presentárselas a sus mamás. Siempre le gustó sentir la libertad de expresarse como ella quisiera y la no vergüenza que le daba mostrarse ante todos tal cual era.

Emilia Tiemroth

“La verdad es que viviendo en Neuquén tomé un par de clases, pero hacíamos de todo; desde jazz hasta hip hop y urbano. En quinto año de la secundaria también hice mucho de clásico porque todavía no conocía lo que era la danza contemporánea, no sabía de nadie que enseñara y mi profesora de ese entonces me recomendó algo muy parecido, pero más enfocado en la expresión corporal. Cuando llegué a Buenos Aires arranqué en Arte XXI –una escuela de danza- y después ingresé a la Universidad Nacional de Artes del Movimiento, donde estudié Danza Teatro por tres años”, recordó.

Si bien incursionó en diferentes estilos, al final Emilia se dio cuenta de que quería depositar toda su atención y amor en la danza contemporánea, la cual se caracteriza por ser un género alternativo que tiene como objetivo buscar la innovación a través del movimiento del cuerpo, la música y las historias a contar. Hoy sus clases se especializan en la técnica denominada “Flying low” que consiste, tal y como lo indica su nombre, volar bajo o bailar con el cuerpo en contacto con el suelo.

De la emoción al baile

Para Emilia, desde sus inicios hasta hoy su forma de bailar cambió de manera rotunda y, como sucede con casi todos los artistas, le es más fácil expresarse a través de los movimientos de su cuerpo que con las palabras. “Siento que cambié muchísimo, que pude encontrarme a mí misma, saber qué es lo que me gusta y con qué me siento cómoda. Yo creo que lo que transmito es libertad; se trata de fluir, de saber cómo me puedo mover, de la música que me inspira tranquilidad o la que me da más velocidad. Creo que en todo tipo de arte es mucho más lindo expresarse con lo que uno hace y muchas veces no hace falta decir nada para llegar al otro, eso es lo más lindo”, confesó.

Emilia Tiemroth

Una combinación de arte y familia

Afortunadamente, al momento de decidir su futuro la neuquina no recibió objeciones, su familia la apoyó desde sus inicios para que hiciera lo que deseaba y, lo más importante, lo que la hiciera feliz. Quizá en aquel entonces para muchos era una carrera “rara”, pero su entorno nunca le puso obstáculos ni le dio un no como respuesta, sino todo lo contrario. Es que luego de verla bailar y desenvolverse arriba del escenario, Emilia está segura de que sus padres están orgullosos de ella y les encanta le profesión que eligió.

“Soy privilegiada por tener una familia como la que tengo por incentivarme a avanzar. Estoy segura de que una de las cosas que más me motivó a convertirme en bailarina fue justamente eso, el apoyo fundamental que me brindaron tanto ellos como mis colegas y amigas. La verdad que en la danza se está en constante frustración con uno mismo. Hay tantas cosas nuevas y tanta gente que se dedica a esto que a veces hasta se llega a sentir miedo. Pero tener gente y alumnos que te digan que les encantan tus clases y que les haces bien es muchísimo para mí, lo vale todo y me da ganas de seguir para adelante”, aseguró.

“Mamita!”, que poder el de las mujeres

Una de las obras más destacadas en las que participó Emilia Tiemroth es “Mamita!”, dirigida por Sol Gilgorri. La misma buscó -desde el inicio hasta el final- visibilizar la problemática de la mujer dentro de la sociedad con una contundente, intensa y dramática puesta en escena. Además de interpretar los clichés, los rótulos y las exigencias sobre lo superficial, lo pasajero y descartable.

Al respecto de la obra y su papel como mujer, aseguró: “Me considero una persona que lucha por los derechos de las mujeres, estoy comprometida con ello porque creo que es de suma importancia. “Mamita!” fue una obra increíble, un proyecto impresionante que logramos y que se basó en esta temática; en la mujer, el patriarcado y cómo fue y es vista. En una de las marchas que se hizo por la legalización del aborto también hicimos una pequeña intervención, fue muy emocionante. Con el arte se pueden lograr muchas costas y mostrar una postura. Hoy las mujeres tenemos mucho por lo que luchar y buscar la igualdad”, concluyó.

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