Hubo furia contra un supuesto abusador y lo quisieron desalojar

Ayer tomó estado público un grave caso de abuso sexual que habría ocurrido en los últimos meses en una pensión del barrio Don Bosco. La víctima es una menor de 7 años y su mamá hizo una exposición en la Comisaría 24º. Debido a que conviven en piezas próximas, la denunciante pidió a los vecinos su colaboración para echar del lugar al sospechoso, aunque el dueño del lugar habría realizado una presentación porque asegura que existe un contrato de alquiler.

Liliana tomó conocimiento de lo sucedido con su hija de forma circunstancial y cuando compartían unos mates con su vecino en su pieza. En esas circunstancias, la menor le mostró al hombre unos dibujos que tenía en un celular y él habría aprovechado para manosearla. “Mientras calentaba el agua, él le pidió a mi hija más grande que le mostrara unos dibujitos en el celular y la sentó sobre sus piernas. Con una mano agarraba el celular y con la otra la tocaba en sus partes íntimas”, reveló la denunciante a LM Cipolletti.

Esto generó un incidente y un pedido de explicaciones de Liliana: “Mi hija sube a la habitación donde estaba yo y me cuenta que este hombre la tocó en tal parte y que no es la primera vez que lo hace. Inmediatamente lo enfrento pero él me niega todo y se va”.

Confundida, les contó a sus vecinos lo ocurrido y algunos se movilizaron para echar al supuesto abusador. De acuerdo con la mujer, rompieron una puerta y le sacaron varios muebles a la calles.

En tanto, la Policía provincial intervino ante el incidente y se puso en contacto con Liliana, quien relató: “Les conté todo. Me llevaron a la comisaría a hacer la denuncia. Al día siguiente (sábado) vino otra vez la Policía y se lo llevó a declarar (a su vecino), pero al rato ya estaba acá de nuevo”.

Enojada, y más allá del apoyo que recibió de parte de los vecinos, apuntó: “Me enteré de que el dueño del inquilinato fue a hacer una exposición para que no lo echen, porque, según él, tiene contrato por un año, pero a ninguno de nosotros nos hizo firmar jamás un contrato de alquiler”.

El último manoseo protagonizado por el sospechoso sería apenas uno de los tantos abusos sufridos por la niña, que vive en el inquilinato ubicado sobre calle Brasil. En apariencia, la madre de la menor le tenía confianza al hombre de 56 años, a quien hasta ese momento “lo consideraba como un padre”, según explicó.

Por otra parte, la víctima habló con su mamá y le remarcó que no había dicho nada por miedo, además de que no quería ponerla mal. La mujer sufre ataques de epilepsia y justamente el fin de semana se descompuso y fue trasladada al hospital cipoleño. Allí también contó lo que sucedió con su hija y se entrevistaron con una asistente social, que les anticipó que informaría todo a la fiscalía de turno.