La receta "anti-edad" del gaucho de 83 años que sale a trabajar a caballo
Martín revela su secreto para conservarse con esa vitalidad, fuerzas y empuje. Qué come, bebe y cómo se cura las heridas...
Tiene una vitalidad asombrosa. Unas ganas y fuerza de voluntad para salir a trabajar cada mañana sorprendentes. Y también se muestra coherente en cada una de sus apreciaciones. Habla claro y disimula más que bien los achaques propios de la edad.
Lleno de vida y energías, da gusto charlar unos instantes, en medio de la agitada jornada cipoleña, con Martín, el gaucho cipoleño de 83 años que sale a ganarse el pan de cada día a caballo.
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En otras oportunidades ya contamos su linda historia: vive en el barrio Santa Elena y recorre varios kilómetros con su fiel Baltazar para conseguir los alimentos con los que cría a sus cerdos en La Chacra.
Un desgaste físico importante que afronta con total entereza el abuelo que desafía al paso del tiempo y quiere "trabajar hasta el último día de mi vida".
La fórmula natural
Pues bien, en ese contexto nos permitimos consultarle cuál es su fórmula para mantenerse en estado. Y su respuesta reafirmará una vez más lo clave que es la alimentación.
"Todo lo que dejó Cristo, lo que sale de la tierra y se puede comer hay que comerlo. Yo como de todo, gallina, carne de vaca, de cerdo, pucheros, zapallo, melones, sandías... Frutas y verduras. De todo", revela su receta el gaucho tras detener el carro sobre las Naciones Unidas para dialogar con este medio. Vitaminas no le faltan...
Asegura que también extiende la dieta sana a las bebidas. "Ni vino, ni jugo, ni gaseosa, nada. Agua nomás tomo, mates desde temprano y sigo con agua", explica.
En otra muestra de sus defensas altas y resistencia, confiesa que "La sangre del Indio es muy fuerte (sonrisa). El otro día me corté con un cuchillo que dejaron los verduleros dentro de las bolsas de alimentos que compro, parece que se les cayó sin querer. Sentía un gran ardor y era que tenía un flor de tajo", señala y exhibe la zona lesionada.
Por otro lado, admite que le escapa a los hospitales y sanatorios: "Dicen del dengue, del mosquito... Yo no vengo a perder tiempo al Hospital, no hay ni agujas, no hay nada... Se cura solo".
Lo que no tiene "remedio", por ahora, es la inflación. "El alimento aumentó de $ 4800 a $ 5900. Espero que Massa o el que gane logre frenar esto", culmina Martín, el abuelo dinamita al que le sobra actitud y mentalidad positiva, otros aspectos fundamentales para perdurar.
Y sigue viaje, a pura "polenta", lleno de energías.
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