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Abre el primer boliche cipoleño para bailar en burbujas

Flame, que integra el complejo Kimika, vuelve el viernes luego de un año y medio cerrado por la cuarentena. Sólo podrán ingresar 200 personas.

La baja en los contagios de COVID de apoco permiten ir recuperando aspectos de vida prepandémica, aunque aún el fantasma del virus siga rondando y requiera mantener la guardia en alto. Uno de los rubros que ha logrado adaptarse a la nueva normalidad es el recreativo. Las nuevas medidas de flexibilización permitieron ampliar el aforo y el horario de funcionamiento de bares y pubs, y ahora también se suman los boliches bailables, luego de poco más de un año y medio de estricta inactividad comercial.

Flame, la disco que integra el complejo cipoleño Kimika, reabre el fin de semana, y es uno de los que pica en punta en la región.

El tradicional establecimiento nocturno aledaño a los puentes carreteros vuelve a escena este viernes y sábado a las 21, y será con una asistencia máxima de 200 personas, con un sistema de burbujas y el estricto cumplimiento del protocolo sanitario que permitirá bailar en un espacio delimitado del que solo se podrá salir para ir al baño o retirarse del lugar.

“No es lo mejor, pero tiene un poco más de color y se aproxima a lo que nosotros producimos, que es diversión”, sostuvo Aleandro Serafini, responsable del boliche, cuya última velada se celebró el 6 de marzo del 2020, cuando se ordenó la rigurosa cuarentena.

La habilitación al boliche fue otorgada por el Municipio local tras arduas deliberaciones en las que definieron las normas que tanto los asistentes como el personal de la firma deberán cumplir.

Uno de los puntos exigidos es el distanciamiento, por lo que el público se encontrará en la pista principal con boxes de 10 metros cuadrados, donde podrán ingresar no más de 12 personas. Será el único lugar donde se podrá estar sin barbijo.

Además habrá una permanente difusión de mensajes para recordar el cumplimiento de las normas. De hecho un reconocido animador y presentador de noticias se encargará de recordarlo en forma permanente.

Serafini, que lleva 20 años al frente de la empresa, admitió que al principio el nuevo formato sorprenderá y hasta generará sarcasmo, pero son las condiciones que consensuó con las autoridades comunales.

Sostuvo que se permitirá el ingreso de 200 personas debido a las dimensiones del edificio, de 3.790 m2. En el lugar caben 1.200 en la pista y 3.500 asistentes en todo el boliche. Agregó que la capacidad máxima permitida es “irrisoria” en comparación a la capacidad total. Anticipó que, de mejorar la situación epidemiológica, podrían regresar los shows musicales.

Para este nuevo arranque las entradas cuestan de 1.200 a 3.000 pesos con consumiciones y se pueden adquirir en eventpass.com.ar.

“Es como arrancar perdiendo 8 a 0”

Serafini destacó que fueron duros estos 18 meses de permanecer cerrado sin ingresos. Mencionó los numerosos costos, como servicios, impuestos y salarios del personal, aunque en partes -no siempre- tuvo la asistencia del plan ATP de la Anses.

“Generamos deudas que se mantienen y en algún momento tendremos que pagar”, dijo. Agregó que se planteó el cierre y “desmantelar todo”, pero que lo convenció la gente que lo rodea y los productores con los que trabaja.

Esta apertura, dijo, es una oportunidad para renacer, pero graficó que es “como arrancar un partido perdiendo 8 a 0” y con los mejores jugadores lesionados.

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