Revolución Uno volvió a deleitar a los cipoleños después de ocho años

El conjunto fue furor en el valle durante las décadas del `70 y `80. La última presentación había sido en las celebraciones del centenario de Cipolletti en 2003.
 
El legendario grupo Revolución Uno volvió a los escenarios luego de más de ocho años de silencio.
Los cipoleños se presentaron en Gio (Roca 163), donde presentaron un inolvidable espectáculo musical no sólo para nostálgicos, sino también para las nuevas generaciones.
El conjunto interpretó, en su extendido repertorio, temas de The Beatles, The Rolling Stones, Pink Floyd, The Police, entre otras de las tradicionales bandas que marcaron a una generación. En tanto, en este aggiornado espectáculo también se hicieron tiempo para presentar canciones de bandas más actuales, como son los casos de Las Pelotas y No Te Va a Gustar.
La banda, que deslumbró a los valletanos durante las décadas del `70 y `80, está integrada por Carlos Caponi, Mario Ciccioli, Luis Perego, Roberto Vidal y Javier Andrada.
Luego de varios parates en su actividad, Revolución Uno tuvo más de una vuelta, una de las cuales se produjo en el año 2003, donde participaron de los festejos por el centenario de Cipolletti.
Reencontrarse con una actividad que tantas satisfacciones les ha dado, es algo que los músicos destacaron como de suma importancia, por sobre cualquier cosa. Además, el reencuentro con la música fue también un reencuentro con los amigos y con una generación de seguidores que se dieron cita el viernes pasado en Gio.
En ese sentido, el Topo Vidal destacó: “Quedamos muy conformes por el show, lo disfrutamos mucho y las expectativas quedaron de por más cumplidas”.
 
Una noche volvieron
El viernes pasado, cerca de la medianoche, los cinco músicos salieron a escena en medio de un nutrido aplauso de una significativa concurrencia que copó las instalaciones del céntrico complejo cipoleño.
Con el sonar de los primeros acordes, los espectadores se sumieron en un clima de éxtasis que duró alrededor de dos horas”.
Algunos tarareaban, otros cantaban todas las letras, tanto en inglés como en español, otros optaron por acompañar marcando los compases, mientras que los más osados decidieron dar rienda suelta a sus cuerpos que, en espasmódicos movimientos, siguieron el ritmo de la música.
El rostro sonriente no sólo estuvo dibujado toda la noche en los artistas cipoleños, sino también en los espectadores que, satisfechos por lo presenciado, se retiraron tarareando canciones que, en la mayoría de los casos, marcaron parte de su vida.