Terminó de declarar e insultó a Parra: “Basura de mierda, hijo de puta”
Adrián Monge fue el último testigo en declarar en la audiencia de este jueves. Hacía pocos meses que se había mudado al complejo cuándo asesinaron a Agustina. Fue el primer vecino al que Parra le pide ayuda. Aseguró que lo único que decía era que le habían robado los dólares y no consideró que la joven agonizaba en el piso de su departamento y que pasaba por arriba de ellas mientras se lamentaba por el dinero supuestamente robado. Con una asistente de la fiscalía reprodujeron la escena para el jurado.
“En ningún momento le importó las chicas. Por eso fue mi calentura”, sostuvo.
Aseveró que el acusado no hacía nada para asistir a la víctima.
“Él seguía ahí, los dólares, los dólares. Por eso lo puteo. La concha de tu madre, ayúdame a buscar ayuda”, recordó que le dijo.
El muchacho explotó al terminar su testimonio y cuando se retiraba lo volvió a insultar: “Basura de mierda, hijo de puta” y se detuvo como para seguir increpándolo. Entre los integrantes de la Fiscalía y la Querella lo condujeron hacia el exterior. Fue un momento de mucha tensión, aunque no hizo falta que intervinieran los dos policías que estaban de custodios.
Parra sabía cómo saltar el paredón y quitar la concertina
Silvia Lezcano también declaró en la tarde de este jueves. Conoce a Parra del complejo. Vivió ahí. Parra en ese tiempo habitaba en el monoambiente de arriba. La mujer tiene dos perritas. Subió a buscarlas y lo vio a Parra en el patio, andaba caminando. Se había quedado afuera, con las llaves adentro. Le ofreció ayuda. Le ofreció una silla para subir al paredón y un destornillador. Estuvo un rato largo tratando de sacarlo. Hasta logró sacar uno de los ganchos y sacó una vuelta de la concertina. "Vas a poder saltar, no te vas a lastimar, eso te corta", le dijo. Después, ella se fue.

Otro grito en el complejo: ¡Hijo de puta!
Declaró vía Zoom desde España Daiana Morales, quien vivía en el complejo cuando ocurrió el crimen de Agustina. Dijo que conocía a Parra como vecino. Nunca había tenido con él ningún inconveniente, compartían internet. Con Agustina tenía poco trato. Una vez Parra le hizo un comentario desagradable: "viste el bomboncito que me estoy comiendo", le manifestó, y miró al departamento Agustina. "Me dio asco, porque se refería así a una persona", afirmó. La tarde del crimen, en el mismo horario que otro vecino escuchó algo así como un mazazo y un ¡pará, pará!, Daiana sintió otro grito: el de una mujer que exclamó "hijo de puta".

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