Caso Maximiliano Gallardo: el relato del arrepentido para despegarse del homicidio

Se postergó la audiencia convocada este jueves en la que le iban a formular cargos a Enzo Federico Oses, el tercer detenido por el homicidio de Maximiliano Gallardo, cuyo cadáver fue hallado envuelto en un nylon negro en una cantera abandonada cercana al lago Pellegrini, poco más de dos meses después de que desapareciera.

La suspensión fue requerida por el defensor del acusado, Rubén Antiguala, quien planteó que había requerido que la audiencia se efectuara de manera presencial debido a que le habían otorgado un espacio incómodo en el que no podía desplegar su labor, y porque además también había sido nombrado defensor de Leticia Saso, también acusada de haber participado en el hecho. Sostuvo en este caso que no había podido entrevistarse con la mujer por su reciente designación.

La Fiscalía Descentralizada de Cinco Saltos, representada por Judith Saccomani y el fiscal jefe Gustavo Herrera no objetó el pedido de Antiguala, como tampoco el abogado Gastón Leiva, a cargo de la querella presentada por los padres de la víctima.

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Leticia Saso, en cuya casa habrían matado a Gallardo.

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La misma postura expresó Sebastián Nolivo, el defensor Oficial de Ezequiel Millar, el otro imputado que adquirió relevancia inesperadamente, dado que el lunes se quebró y brindó los datos certeros que permitieron ubicar al cuerpo de Gallardo, el joven tucumano de 30 años que había llegado al Valle para trabajar en la fruta.

El juez Juan Puntel accedió a la postergación pedida por Antiguala dadas las posturas coincidentes de las partes. Con el aval del defensor, estableció una prórroga de los plazos de detención de Oses hasta el lunes próximo a las 17, lapso en el que la Oficina Judicial deberá convocar a una nueva audiencia de forma presencial.

En ese nuevo encuentro está previsto formalizar la acusación como posible autor del crimen y modificar la calificación que les impusieron a Saso y Millar, que están imputados por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”.

El arrepentido, se quebró y habló

Si bien no se resolvió la situación de los tres sospechosos, en la audiencia de este jueves -transmitida por zoom- el fiscal Herrera describió la hipótesis que maneja la investigación en base a los indicios reunidos hasta el momento.

Describió que Leticia Marina Saso, Enzo Federico Oses y Exequiel Horacio Millar vivían juntos en una misma casa en un barrio de Cinco Saltos. allí se presume que asesinaron a tiros a Gallardo el 17 de mayo por una deuda de drogas.

La pesquisa llevó a que poco más de un mes después Saso y Millar fueran detenidos e imputados con prisión preventiva, que cumplen en General Roca.

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El cuerpo fue encontrado por los investigadores a unos 2 mil metros de la gruta de San Cayetano.

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En tanto que Oses estaba ya con prisión domiciliaria con una tobillera de seguimiento satelital por otro hecho no precisado.

Pero pese a que habían dado con los sospechosos y tenían un posible móvil del asesinato, el cuerpo de Gallardo no aparecía.

Efectivos de la Comisaría 7ma y la Brigada de Investigaciones con perros de la Sección Canes de la fuerza y el aporte de Gastón Leiva en su rol de investigador-querellante realizaron varios rastrillajes en sectores descampados y bardas que rodean a Cinco Saltos, pero no lograban encontrar el cuerpo. Así el misterio se agigantaba.

Sin embargo, el lunes por la noche Millar se quebró y pidió hablar ante el juez Puntel y el resto de las partes.

El posible autor material

Herrera destacó que en su declaración, Millar relató que la noche del ataque mortal llegó a la casa donde estaban Saso y Oses y los escuchó hablar sobre el hecho.

Concretamente dijo que “al tucumano” lo habían matado y que al autor había sido Oses.

En esta parte de la confesión -que aclaró no la había brindado antes porque había sido amenazado por Oses- aparece un cuarto implicado, Marcos Amadeo Figueroa, en cuyo vehículo aseveró que cargaron el cadáver y lo fueron a arrojar cerca de la gruta de San Cayetano, camino al lago Pellegrini.

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Maximiliano Gallardo tenía 30 años. Había llegado de Tucumán para trabajar en la fruta. Lo asesinaron y su cuerpo apareció cerca del lago Pellegrini.

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Agregó el Fiscal que incluso Millar se ofreció a acompañar a la comisión de policías al sitio que había marcado, una cantera abandonada donde efectivamente hallaron los restos del muchacho envueltos en una bolsa de nylon.

Ese mismo día se produjo la detención de Oses, quien se encuentra en un calabozo de la Comisaría 79 del barrio 1.200 Viviendas de Cipolletti.

La parte acusadora pidió que permanezca detenido por el riesgo de fuga y entorpecimiento de la investigación.

Herrera anticipó que pedirán que quede en prisión preventiva. Agregó que la pesquisa avanzará en determinar el rol que pudo haber cumplido los otros involucrados en el homicidio.