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Lo condenaron por un robo, pero juran que es inocente

Su abogado aseguró que no tuvieron en cuenta varias pruebas a su favor. El hecho ocurrió en el 2016, en la casa de una familia cipoleña.

“Le cayeron a un tipo que no tiene nada que ver”, sostuvo el abogado Alejandro Bustamante, que asiste a Rubén Urrutia condenado a cuatro años y seis meses de prisión efectiva por un robo calificado cometido en una casa de familia de esta ciudad. Así defendió su inocencia, y en diálogo con LM Cipolletti, el letrado agregó: “Estoy convencido de que no fue el autor material del hecho. Este es un caso de injusticia total”.

Por mayoría, el Tribunal de Impugnación confirmó el fallo de los jueces, y si todavía se encuentra en libertad, es porque su abogado presentó un recurso extraordinario ante el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro para que revea su situación. “Es muy grande la indignación que tenemos, porque ni siquiera el Estado nos brinda las pruebas que solicitamos para esclarecer un hecho que es lamentable”.

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Resulta que, durante el juicio, la defensa quiso ofrecer como prueba de su inocencia las fotos que Urrutia dice que la Policía le sacó cuando fue detenido. Esto para demostrar que incluso antes del hecho que se le reprocha tenía sus piernas totalmente tatuadas. Sospechosamente, el letrado indicó que esas fotos nunca aparecieron y serían la prueba clave para desincriminarlo.

Es que los denunciantes declararon haber visto que el autor del hecho vestía un pantalón corto y no estaba tatuado. Sin embargo, el tribunal consideró en el fallo que “es posible que un testigo no recuerde dada las circunstancias del hecho”.

Para Bustamante, “Urrutia los tenía, siempre los tuvo”; y por eso sostuvo que era clave arbitrar los medios necesarios para que las fotos aparecieran. Pero este planteo fue desestimado por el tribunal de juicio ya que es imposible incorporar imágenes que, como indica la sentencia, no se encuentran ni aparecen en el legajo del fiscal.

Se añade una rueda de reconocimiento donde las víctimas lo señalaron a Urrutia, procedimiento que también fue objetado por la defensa por varias irregularidades.

En principio, comentó que antes de entrar a la sala para su reconocimiento, los dos denunciantes vieron el DNI del condenado sobre una mesa. “Los mismos policías reconocieron que, inadvertidamente, se habían dejado ahí su documento”, acotó.

Indicó, además, que hicieron pasar a Urrutia esposado delante de los denunciantes: “Es alarmante que los jueces no hayan hecho lugar a estos pedidos de la defensa”.

Violento hecho ocurrido en 2016

A Urrutia se lo condenó por un hecho ocurrido el 11 de febrero de 2016, a las 23, en un domicilio donde ingresó y amenazó a sus moradores con una pistola calibre 9 milímetros, los obligó a tirarse al piso, los ató de pies y manos con cables, provocándole lesiones, y luego les exigió dinero. También les reclamó que le dieran las contraseñas de celulares y computadoras, al tiempo que se apoderaba de 3 mil pesos y objetos informáticos por el valor de cien mil pesos.

Como imputado, permaneció en libertad, y el pasado 10 de noviembre de 2017 el tribunal de juicio que integraron los jueces Julio Sueldo, Laura González Vitale y Florencia Caruso lo declararon culpable y le impusieron una pena de 4 años y medio.

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