Denunció a una amiga por estafa, pero pecó de negligente
Le entregó su tarjeta de débito para que un primo de su amiga se la repare, junto con la clave para operar. Pero asegura que no se la devolvió, le faltó dinero y sacaron un préstamo a su nombre.
El fiscal de Viedma, Guillermo González Sacco, archivó una causa iniciada por una vecina de la capital provincial que denunció a una conocida por estafa y amenazas.
La resolución indica que, de acuerdo a las constancias reunidas en la investigación, “no se puede endilgar de manera indudable la autoría del hecho” a la acusada, y que no se pudo probar que cometió el delito atribuido.
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Por el contrario, el funcionario le adjudicó responsabilidad a la supuesta víctima por su proceder negligente, dado que le había entregado a la sospechosa su tarjeta bancaria supuestamente para que un familiar se la repare, junto con la clave para operar.
Aseguró que luego la mujer le retiró dinero sin su consentimiento, y hasta sacó un crédito bancario a su nombre.
Según relató en la presentación penal, todo comenzó a principios de 2019, cuando se hicieron amigas tras acordar iniciar la venta de cosméticos.
En una oportunidad le comentó que su tarjeta de débito del banco Patagonia estaba deteriorada, y la supuesta amiga le pidió que se la entregase, ya que un primo de Bariloche se la podía reparar. Así lo hizo, junto con su clave personal.
La cuestión es que pasaron los días y no le devolvía la tarjeta, con la excusa de que su primo aún no la había arreglado. Por ese motivo fue al banco para retirar el dinero de su sueldo, y se percató que solo disponía de 1.000 pesos.
Un mes después volvió a la sucursal por la misma causa, y advirtió un faltante de 3.000 de un total de 8.000 que debía cobrar. Pero además le informaron sobre un préstamo tramitado a su nombre, por el que le descontaban precisamente 3.000 pesos por mes.
Inmediatamente vinculó el hecho con la otra mujer y se lo fue a recriminar, pero como respuesta recibió amenazas. Aseguró que le advirtió que “si la denunciaba iba a venir un primo que era narcotraficante y la iba a dejar colgada”.
Para el fiscal no se recopilaron elementos suficientes para imputar a la acusada y apuntó a la ingenuidad de su proceder.
“Puede apreciarse que la denunciante no ha operado con la debida diligencia”, pues la entidad bancaria informa por varios canales que la tarjeta “es intransferible y para uso exclusivo del titular”, expresó González Sacco.
Agregó que “la víctima ha ignorado la responsabilidad consigo misma de ejercer la debida custodia de sus datos personales”, lo que permite “garantizar la seguridad del usuario, personal y secreto”.
Sostuvo en ese sentido que “cuando la disposición patrimonial ha tenido su causa en un acto derivado de la negligencia del sujeto pasivo, no puede afirmarse que estamos ante un ardid o engaño, sino ante un caso de negligencia culpable de la víctima [...] por lo que la protección penal no debe producirse cuando la indolencia, la excesiva credulidad y la omisión de precauciones elementales hayan sido las verdaderas causas de la eficacia del engaño”.
Si bien el expediente pasó a archivo, tiene la posibilidad de ser reabierto en caso de que se logren incorporar nuevos elementos de prueba. Asimismo, la denunciante puede solicitar la revisión por un fiscal superior.
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