Las dos caras del corte: crudo testimonio de piqueteras y de vecinos indignados
Miradas de reojo, reproches, razones de ambas partes, tensión. La palabra de los que realizaron el reclamo y quienes lo padecieron y pusieron el grito en el cielo.
Se miraban de reojo. Incluso con cierta bronca en algunos casos. El corte de este miércoles en la rotonda cipoleña, que impidió durante un par de horas cruzar a Neuquén por el carril habitual, una vez más acentuó la grieta social.
Así como los manifestantes defendían su reclamo al reiterar que "es la única manera de que nos escuchen", los vecinos a los que la postura ajena le generaba trastornos no disimulaban su fastidio y malestar.
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"Los entiendo pero no es la forma", fue la respuesta en común, el testimonio, de los que cruzaban de a pie el puente llenos de ira e indignación.
"La clase media se está hundiendo, ellos también dentro de poco pueden estar acá. Y nos gustaría que se informen, en especial los que gritan cosas feas desde los autos", les contestó Lourdes, una de las referentes de la Darío Santillán, a LM Cipolletti, pidiendo un poco más de comprensión y "sensibilidad" a quienes se quejaban.
"Llego tarde a ver a mi papá enfermo"
A unos metros, pasaba con prisa Belén junto a su pequeña Valentina en brazos y refunfuñando. "Tengo a mi papá enfermo en Neuquén y vamos a llegar tarde al Hospital. Entiendo los motivos del corte, es razonable pero también es horrible esto porque nos entorpece a todos", aseguró a este medio antes de apurar aún más el paso para tomarse el colectivo del otro lado del puente. Tenía varias cuadras por delante aún.
"Que vengan a ver cómo trabajamos"
"Nos mandan a trabajar con sus gritos pero no se dan cuenta que este gobierno nos quiere borrar del mapa. Acá, en los comedores, encontramos un trabajo digno. Somos, en algunos casos, madres solteras, que no hemos estudiado y nadie nos abre una puerta. Y en muchos laburos son migajas lo que pagan, miserias y se abusan. Acá les pedimos que antes de gritarnos estas barbaridades, vengan que los invitamos a que visiten nuestro lugar de trabajo y comprueben lo que hacemos", argumentó otra piquetera que prefirió mantenerse en el anonimato.
"Está mal lo que hacen"
"Para mí está mal lo que hacen. Voy y vengo a Neuquén, fui trabajadora y hay que respetar al otro. De hecho regreso del médico y me hace mal todo esto. Yo soy jubilada, tengo 64 años y trabajé 40 como mucama. Ahora me atiendo por las secuelas de ese trabajo. Pero existe el diálogo, son adultos mayores, con respeto hay que hablar pero esto no está bueno", reflexionó Dina.
"Vengo a luchar por mis hijos"
"Vengo a luchar por mis hijos y traje al más chiquito porque no tenía con quién dejarlo. Acá nos quitaron la canasta básica y todo. Además hay mucha gente que va a los comedores y no tenemos respuestas ni alimento para darles. Nos vamos a morir de hambre y el gobierno no la ve...", redondeó otra integrante de la Darío Santillán.
"Vamos al trabajo, llegamos tarde, nos pueden hasta rajar además de que nos descuentan el día. Los entiendo pero no es el modo", aseguró Sergio casi en las narices de la gente que marchó.
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