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Carlitos, hincha de Boca y luchador de la vida

Jugaba en San Martín cuando sufrió una grave lesión en la columna.

Fabricio Abatte - [email protected]

“Él siempre me dice: ‘Rosita, si Dios y Jesús quisieran que un día me levante y pudiera caminar, lo primero que haría sería volver al Club San Martín y jugar un picadito’”. La amable señora, esa esposa incondicional, revela cuál es uno de los grandes sueños de Carlitos Palazzi, el fana de Boca que le puso El Boquense al mercadito que atendieron durante 30 años y que aún conserva la fachada azul y oro intacta. ¿El otro? Que su amado equipo gane la 7ª Libertadores.

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Es una historia súper emotiva la de este hombre de 78 años que no obstante pide una y otra vez que no se le tenga lástima. “Un día no caminé más. Me tocó y punto”, desdramatiza con un espíritu admirable quien a los 19 años era una gran promesa del fútbol regional, pero se lesionó gravemente jugando. “Salté a cabecear y me rompieron la frente, caí mal de espalda y tuve un aplastamiento de médula”, repasa el momento que cambió su vida. Y con los escasos recursos de la medicina de entonces todo se complicó.

Pero ahí está con la estampa de crack, bien erguido y desplazándose con la ayuda de las muletas. Atraviesa el interior del viejo almacén y lo invade la nostalgia; al ver los posters de los equipos campeones, también al divisar los carteles con los precios de antes.

“Yo soy fana, para mí viene mi mujer y después Boca. En 1988 abrimos el mercado y ya se llamaba El Boquense. Yo lo siento así y quería demostrarlo. Casi todos los que venían eran hinchas de Boca, algunos de River entraban, pero calladitos…”, bromea con su humor inalterable.

“¿Si a los chicos de Boca les regalaba caramelos? Sí, por supuesto”, asegura poniendo cara tierna y sorprende al acotar: “¡Y a los de River también!”.

Cuentan a dúo que, en el comercio, que bajó las persianas dada la crisis actual hace más de un año, “aumentaba la clientela cuando Boca ganaba o salía campeón, los domingos hacíamos horarios corrido y apenas terminaba el partido los hinchas del barrio venían a ‘lo de Carlitos’”.

Las paredes de la pieza, las rejas de la puerta, los manteles. Todo tiene el mismo color azul y oro en su vivienda de calle Manuel Estrada, entre Paraguay y Perú. Allí donde todos lo conocen y estiman.

“Toda la vida he sido de Boca. Cuando era chico fui con mi hermana, que en paz descanse, y su marido a La Bombonera. Debutaba Rojitas contra Vélez. Era una cosa de locos. Tanto Rojitas como Riquelme me encantan, los vi a los dos, re buenos ambos. Rojitas, para los que no lo saben, la dejaba chiquita”, evoca y destaca a una gloria xeneize.

Carlitos sufrió un aplastamiento de médula en un partido de fútbol. Saltó a cabecear y cayó mal. tenía 19 años. Sueña con volver a jugar en San Martín.
Carlitos hincha de Boca

Fiel creyente, fe es lo que le sobra. Y derrocha optimismo de cara a la semifinal con River. “Soy feliz que a los de River ya le bajamos el copete el otro día en la cancha de ellos. Dicen que Boca le tiene miedo a River, ¿qué miedo le vamos a tener? En España perdimos de mala suerte, nos ganaron porque tuvieron ‘así’…”, expresa y con sus manos hace la silueta de un círculo grande aludiendo a la supuesta fortuna del equipo de Gallardo.

Carlitos pasó 14 años internado en Buenos Aires en medio de su calvario. Y, obvio, se hizo amigos de Boca. “Pibes que me iban a ver al hospital. Hijos de doctores iban a verme”, rememora y valora aún hoy el gesto del doctor Ramírez Cases, que “me llevó a su casa y me presentó ante su familia como un amigo”.

Y sí. Imposible no quererlos a Carlitos y a Rosita. Más allá de los colores.

“Un día no caminé más. Me tocó y punto. Salté a cabecear y me rompieron la frente, caí mal de espalda y tuve un aplastamiento de médula”.“Yo soy fanático, para mí viene mi mujer y después Boca. En 1988 abrimos el mercado y ya se llamaba así, El Boquense. Yo lo siento así y quería demostrarlo”, dijo Carlitos Palazzi, el ex jugador de San Martín, que le puso nombre a su pasión

Vistió las casacas de San Martín y Cipolletti

Carlitos Palazzi tenía 19 años cuando una lesión lo alejó para siempre de las canchas, pero no se da por vencido y sueña con volver a jugar un picadito.

La tarde en la que cayó y sufrió un aplastamiento de médula jugaba para San Martín, unos de los clubes a los que le guarda mucho cariño.

Su esposa, Rosita, cuenta que Carlitos repite continuamente que su anhelo es volver a jugar en el estadio Julio Dante Salto y pese a sus limitaciones, tener contacto con la redonda en el césped del barrio Don Bosco.

También jugó en el Club Cipolletti, pero sus mejores recuerdos, cuando ya pintaba para crack, los vivió en el León del barrio Don Bosco. Además, también supo vestir la camisera de la selección de Confluencia.

Su segundo amor es Boca, pero también hay un rinconcito para los clubes del fútbol regional, en los que pudo disfrutar del deporte que ama y al que nunca le guardó rencor.

14 los años que pasó internado en Buenos Aires

Carlitos es un luchador. Se lesionó a los 19 años cuando jugaba al fútbol y después de eso, todo cambió para siempre. Incluso tuvo que vivir por años en Buenos Aires. Pese a todo mantiene un optimismo inquebrantable.

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