Aniversario de Fernández Oro; "Historias de vida"
Rubén Turán y Lorena Gottfrield; cuentan su historia de vida desde que arribaron a Fernández Oro en la búsqueda de nuevos horizontes.
En su juventud los separaban solo 90 Km y dicen ellos mismos haberse conocido en noches de boliche. Gente de campo muy amena de y de padres trabajadores. Rubén fue mecánico y verdulero. Lorena, empleada doméstica. Pero cuenta ella que ayudaba a su padre en las tareas de campo, cosechaba, alambraba, a cortar leña. Quienes conocen a Lorena en Oro, pudieron verla alcanzando baldes de albañil, trasladando la carretilla, arrimando lo que fuera posible para levantar su casa de la calle Roca casi Bahía Blanca. Un ejemplo de lucha y esfuerzo de una mujer que no le esquivaba esmero para realizar tareas que comúnmente desarrolla un hombre. Se casaron en la tierra de José Larralde y a los cuatro meses se vinieron a vivir con una hermana a Cipolletti.
Lorena relata que" yo encontré trabajo en la estación de servicio de Elosegui como playera cuando era el furor en la cual las mujeres comenzaban a ocupar dicho espacio". Rubén por su lado cuenta que " yo me incorporé en la empresa El Rápido”.
En la época del uno a uno narran que pudieron comprar con sus ahorros un terrenito en el Barrio Policari luego de haber vendido un Renault 12. "Empezamos de a poco, teníamos albañil pero la remamos juntos" dice Rubén.
Lorena manifiesta haber colocado la piedra bocha por toda la base de la casa. En aquel entonces, Fiama y Brisa, sus hijas, todavía eran muy pequeñas y hoy tienen 11 y 12 años.
Se puede observar en el interior del patio el único peral en pié del barrio en el cual habitan y cuentan que allí debajo del mismo, se juntan con familiares y amigos a compartir muchas exquisiteces hechas en la parrilla o en el horno a barro.
"El matrimonio es como el carro decía mi viejo. Si vos tiras de distintos lados, se desarma. Nosotros siempre fuimos los dos parejos.
Estuvimos once años sin auto, lo vendimos para comprar el terreno. Gracias a Dios, logramos comprar uno gracias a una oportunidad que se nos dio. Nos organizamos bastante bien y estamos muy contentos de pertenecer a Fernández Oro. Nos gusta mucho el lugar porque acá hay vida. Es decir, hemos visto un cambio grandísimo de pueblo a localidad".
Lorena comenta que "somos gente sencilla y humilde. Tengo dos trabajos, lavo para afuera y hago comida para vender. Queremos que nuestras hijas no sean como nosotros. Que estudien y sean alguien en la vida. Cuando sean grandes, vean que el sacrificio que hicimos, haya valido la pena".
Rubén y Lorena son sinónimo de lucha y perseverancia. Son todo un ejemplo a tener en cuenta y en este nuevo aniversario de la localidad, forman parte de la historia misma, plasmada por ellos.
(Fuente: Noticias de Oro)
Lo más leído
		






Dejá tu comentario