Alcohol, ruido y parranda en El Manzanar
Muchos jóvenes se volcaron a celebrar en una plaza. Tuvo que intervenir el Municipio y la Policía.
Los festejos de Año Nuevo encontraron a una gran cantidad de jóvenes del barrio El Manzanar volcados a la plaza ubicada a la vera de calle Maipú, con mucha ingesta de alcohol y celebraciones descontroladas en la vía pública, con producción de tumultos y ruidos molestos que ocasionaron malestar de los vecinos.
El hecho fue el más significativo de una noche y madrugada de alegría y bailes familiares en casas y en algunos locales que abrieron sus puertas para despedir 2013 y recibir 2014 con mucha diversión y esperanza.
Por fortuna, no hubo que lamentar demasiados casos de lesionados por pirotecnia. En el hospital, solamente se atendió a dos niños por quemaduras por este tipo de artefactos y ninguno de los dos tuvo que permanecer internado. Uno de ellos, sí, tendrá que someterse hoy a estudios oftalmológicos.
Consultados algunos centros de salud privados, no hubo casos de afectados por los fuegos artificiales. En uno de los establecimientos, sí se atendió a un adulto que tenía un corte en la cabeza, al parecer, producto de un botellazo. Después de la sutura necesaria, pudo retirarse a su hogar.
En otro lugar, en tanto, hacia la medianoche del 31 de enero y el 1 de enero, un hombre de unos 30 años fue atendido por una herida punzante en un muslo. Cerca de la madrugada, además, se brindó respuesta médica a una joven que había tenido un accidente automovilístico y presentaba un traumatismo de tórax.
Al contrario que en otras temporadas, se observó en este Año Nuevo un menor uso de material pirotécnico. Si bien se utilizaron petardos y cañitas voladoras de gran potencia lumínica y sonora, las descargadas se concentraron en gran medida en torno a la primera hora inicial de 2014.
Al parecer, el alto precio de los productos en venta en el mercado local disuadió a más de uno. A todo esto, también están resultando efectivas las campañas que continuamente se efectúan para abandonar o, reducir al mínimo, la diversión a través de fuegos de artificio.
Según el titular de Fiscalización y Organización Interna de la comuna, Néstor Curcio, y el jefe del área de Comercio, Roberto Bichara, en la zona centro, donde se concentra la mayor actividad de locales nocturnos, no hubo inconvenientes de significación. En este sector de la ciudad, funcionaron cuatro boliches, en relativa calma y tranquilidad. Los días de diversión siempre alteran algo la normalidad de una ciudad como Cipolletti.
Sin embargo, donde hubo gran agitación fue en la zona de El Manzanar. Aquí, en la plaza ubicada en calle Maipú, muchos jóvenes y algunos adultos dieron rienda suelta a sus ansias de pasar un buen momento y se volcaron a la vía pública, con un generoso consumo de alcohol, del que dieron testimonio las muchas botellas que quedaron desparramadas por las inmediaciones.
Ante el bullicio y el fragor que se extendieron, muchos vecinos empezaron a alertar al Municipio y a la Policía sobre lo que estaba pasando. Como unos cuantos de los participantes de la fiesta desmedida entraban y salían de las casas de los alrededores, se supone que la ruidosa celebración fue protagonizada en gran medida por habitantes del propio sector poblacional.
El personal de la comuna y los uniformados actuantes trataron de controlar la situación del modo más calmo posible pero aun así la juerga se prolongó hasta las 8.30, es decir, con pleno sol del nuevo año. Según pudo conocerse, los parranderos habían arrancado bastante antes de medianoche. Se informó que no hubo detenidos.
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