Pucará Vidal y su hijo golpearon a una embarazada
La chica, de 20 años, es discapacitada. Los boxeadores también agredieron a la pareja.
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Al ver que su hermano estaba en problemas, Matías y su señora se acercaron al lugar y fueron recibidos a los golpes. "Pucará padre me noqueó de dos trompadas y cuando me quiero parar veo la patada del hijo", contó en diálogo con LM Cipolletti.
La patada fue de lleno al vientre de su esposa, quien cursa un embarazo de cinco meses y es discapacitada, a causa de una enfermedad llamada Lupus, que afecta sus huesos y órganos, como el riñón y los pulmones.
Pudieron parar la pelea porque una persona alejó a los Vidal, lo que le dio tiempo a Matías para retirarse del lugar con su mujer golpeada y su hermano, quien, a pesar de ser el blanco inicial, salió ileso de la agresión.
Se dirigieron hasta la Comisaría 4ª, donde realizaron la denuncia correspondiente y luego, cuando volvían a su casa, la mujer se desmayó en la esquina de Fernández Oro y Mengelle. "Se desvaneció", aseveró el denunciante. Entonces acudió la Policía y una ambulancia, que trasladó a la embarazada al hospital local.
Allí la revisaron y pudo irse a su casa, y ayer tuvo que volver para hacer controles más exhaustivos. "El bebé está tenso, arrollado en su vientre, pero aparentemente está bien", expresó Matías.
Vicente Calio, suegro de Erika, detalló que tiene que hacerse una ecografía cada 24 horas para ver si la criatura evoluciona bien durante esta semana.
"Rogale a Dios, a la Virgen y a todos los santos que no le pase nada a mi nieto porque te mato, como que me llamo Calio", recordó que le dijo a Pucará padre en la comisaría.
¿Todo por un cruce de miradas?
Para la familia Calio, la agresión no puede atribuirse a una menudencia como mirarse en la calle. En todo caso, asocian el episodio a la conducta de los Pucará. "Son gente problemática. Se catalogan pesados, boxindangas, y se creen que por eso pueden llevarse el mundo por delante", sostuvo el puestero Vicente Calio.
Además, aseguró que sus familias no se conocían ni habían tenido problemas antes; y consideró que, más allá de la situación particular que les tocó vivir, ser boxeador "no te da derecho a pegarle a nadie, sea gordo, flaco, negro o blanco". Confesó que él porta un facón, porque se viste de gaucho, pero aseguró que de ninguna manera utilizaría el cuchillo para "pincharle la panza a alguien".
"¿Qué clase de sentimientos tiene una persona que le pega a una mujer embarazada? Si no hay nada que merezca más respeto", concluyó el hombre.
Matías y su mujer Erika tienen miedo de que su bebé en camino sufra secuelas; y temen, además, sufrir represalias.
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