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LMCipolletti prisión preventiva

Presunto asesino no va a la cárcel cipoleña porque tiene miedo

Lucas Lacalle, el presunto asesino del barrio Quito, pidió no ir al Penal 5 porque teme por su integridad física. La Justicia hizo lugar a su pedido, pero irá a otra cárcel porque se confirmó su prisión preventiva.

Mientras permanece detenido en la Comisaría 24, el joven Lucas Lacalle, imputado por un crimen en el barrio Quito, pidió que no lo trasladen al Penal 5 porque teme por su integridad física. Al parecer, un familiar de la víctima, apodado "El Lengua", se encuentra alojado en esa unidad y por ese motivo el presunto asesino no quiere ir la cárcel cipoleña.

De igual forma, deberá cumplir con su castigo en otro establecimiento penitenciario, ya que esta mañana se confirmó la prisión preventiva de 4 meses que recae sobre él. Aunque su defensor Carlos Vila pidió que recupere la libertad, la jueza Florencia Caruso consideró que el hecho que se le imputa "es atroz" y convalidó la medida cautelar.

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Por estas horas, se baraja otro destino posible dentro de la provincia. Ya cumplió el plazo de 14 días alojado en una unidad policial como medida preventiva ante el Covid-19.

"El defensor pidió que sea trasladado por temor de que se afecte su integridad física; y la jueza de garantías -Sonia Martín- hizo lugar", confirmaron fuentes del Ministerio Público Fiscal. Ahora, queda en manos del servicio penitenciario de la provincia dónde alojarán a Lacalle. La cárcel de Choele Choel era una posibilidad.

Mientras tanto, quedó claro que el joven acusado de matar a Hugo Díaz no podrá recuperar la libertad hasta que sea juzgado. Si bien esta mañana intentó revertir su situación, ofreciendo hasta el pago de una caución real para demostrar que no se va a fugar, Florencia Caruso, la jueza que revisó su prisión preventiva, echó por tierra su planteo.

Luego de escuchar los argumentos de la fiscalía y la querella, por un lado; y la defensa que representa al imputado, por el otro, la magistrada consideró necesario que Lacalle siga tras las rejas. Hacia el final de la audiencia, Caruso consideró que el hecho que se le imputa es "atroz, uno de los más graves".

Advirtió que el crimen hasta pareciera "premeditado" y no pasó por alto que Lacalle contara con la colaboración de otras personas para cometerlo. "Es uno de los delitos más gravosos en el Código Penal; y por ese delito, el de quitarle la vida a una persona, sí o sí llegaría a una pena efectiva", añadió.

Tuvo en cuenta, además, sus antecedentes penales. El acusado es un joven que ya carga con otra condena en suspenso, de 3 años, por portar armas de guerra sin la debida autorización. La pena agotó un día antes de cometer el homicidio que la Justicia le está reprochando.

El segundo parámetro que fortaleció su decisión fueron los testimonios recolectados como elementos de convicción para confirmar la prisión preventiva. Al respecto, dijo que si bien no se había podido encontrar el arma homicida ni la ropa utilizada por el presunto autor del crimen, la prueba directa son las declaraciones aportadas en la causa.

"Los testigos son relevantes, directos y contundentes en esta instancia", afirmó la jueza.

Incluso, hay registro fílmicos de un celular que incriminan de lleno al detenido.

"Yo considero que sí hubo un peligro de fuga, por el comportamiento posterior al hecho", aseveró Caruso. Es decir, luego del crimen Lacalle huyó; y si al final se presentó de forma voluntaria fue porque ya sabía que lo estaban buscando y era inminente su detención.

"La única manera de llevar adelante la investigación sin ningún tipo de interferencia es que siga con prisión preventiva", agregó la jueza.

El fiscal reparó en el "riesgo terrible" que sería para la causa ponerlo en libertad, ya que se han ventilado en el legajo los domicilios de los testigos y no todos son allegados a la víctima. Varios ya tuvieron reparos en declarar por el miedo que le tienen a Lacalle.

En ese sentido, el abogado que patrocina a la querella -Rubén Antiguala- mencionó que el miedo se expande hacia otros testigos que todavía no declararon. "Hay mucho temor. El nombre de Lacalle y su banda organizada, criminal, son conocidos en el ambiente. Ya hace tiempo que se dedican a esto; y los testigos quieren garantías en el proceso para que puedan testificar", enfatizó, aunque dicho planteo no sea materia de discusión.

El hecho que se le imputa

El hecho ocurrió el pasado 6 de febrero, alrededor de las 20:15, cuando la víctima y dos amigos más estaban en la vereda de una vivienda ubicada en pasaje 100 del barrio Quito.

De acuerdo a la teoría del caso, el detenido se presentó intempestivamente en el lugar, junto a un grupo de personas que todavía no están identificadas. Descendió de una camioneta Toyota Hilux, extrajo un arma de fuego y efectuó al menos 7 disparos. Luego se dio a la fuga en un Volkswagen Bora que lo esperaba en una esquina.

Un amigo de la víctima resultó herido de bala en una pierna y se salvó. Pero Díaz, de 31 años, recibió no menos de un impacto en el abdomen que le ocasionó una falla multiorgánica. Falleció el día después, en el hospital cipoleño.

Inicialmente, la calificación legal que se le imputa al presunto asesino del barrio Quito es la de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Entre las medidas pendientes de producción, está la necesidad de identificar a las personas que para la fiscalía colaboraron con el detenido.

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