Buscavidas, trapitos y una ola de violencia que empieza a inquietar
Un conocido vecino cipoleño que vende miel y libros en la plaza fue agredido por desconocidos. Acusó a vendedores callejeros ilegales. Advirtió que cada vez son más.
Era previsible. "En cualquier momento se arma", había anticipado un conocido vendedor ambulante de la plaza San Martín, quién advertía que la presencia de otros comerciantes andantes foráneos empezaba a generar rispideces con los puesteros locales.
Y como lo presagiaba se armó mal y el damnificado fue Marcelo Osovnikar, más conocido como el “esloveno”, justamente quien había adelantado que el riesgo de conflictos estaba latente.
Te puede interesar...
El vecino desde hace años se instala en la esquina de España e Yrigoyen con aval municipal resaltó, donde ofrece miel y dulces artesanales, junto a libros antiguos que va recolectando aquí y allá. Suele tener obras clásicas y éxitos editoriales a precios módicos.
Él ya había planteado su queja públicamente. Lo hizo en una nota que publicó este diario en marzo de 2023 que reflejó su historia de vida y su personalidad multifacética. “Vienen a robarnos los clientes a nosotros. Tratan mal a la gente y eso se traslada a nosotros”, sostuvo entonces.
El sábado al mediodía sucedió lo que presagiaba. Le advirtió a un desconocido que no podía vender sin autorización municipal, lo que generó que se desatara una fuerte discusión, a la que se sumó un segundo sujeto, compañero del otro.
“Tiraron los bolsos que llevaban y me empezaron a pegar”, relató a LMCipolletti Osovnikar. Dijo que que sufrió contusiones en el rostro, y que debió requerir atención médica.
Resaltó que transeúntes salieron en su ayuda, y que eso evitó que la agresión fuera peor.
Alguien llamó a la Policía, y dos patrulleros con varios uniformados concurrieron al lugar. Ambos atacantes fueron demorados por “disturbios en la vía pública”, una falta contravencional.
Después se presentó en la Comisaría cuarta donde hizo la denuncia. Este lunes esperaba que lo llamaran de la Fiscalía para prestar declaración. Más temprano fue al hospital para que lo revisaran y le entreguen un certificado médico que describa las lesiones que sufrió.
Estaba molesto con el personal del establecimiento sanitario, porque el mismo sábado después del ataque fue para que lo atendieran, pero dijo que esperó horas y no lo llamaron. Entonces decidió irse.
“Acá fallan los controles”
Osovnikar admitió que no identifica a sus agresores, pero que está seguro que son parte del grupo de jóvenes y no tanto que se conocen como “los porteños”, ya que se presume que vienen de Buenos Aires.
Se supone que son quienes limpian vidrios de autos en esquinas con semáforo y que también venden bolsas de residuos y medias.
“Son los porteños. Eran ellos. Son prepotentes y le hablan mal a todo el mundo”, subrayó el esloveno.
Pidió que el área de Comercio del municipio acentúe los controles para evitar que el centro de ciudad se transforme en “tierra de nadie”, como teme, porque asegura que "cada vez son más". Y también pide que intervenga con mayor giro la policía.
La presencia de desconocidos que se dedican a tareas callejeras más habituales en ciudades con grandes poblaciones es conocida por las autoridades. Incluso el intendente Rodrigo Buteler lo manifestó cuando demolieron el aguantadero de Alem al 800. Indicó que habían detectado "mucha gente de afuera que se dedica a la delincuencia".
Pelea de trapitos
Desde hace un tiempo un grupo de jóvenes con la llegada de la madrugada se ubican en la calle Roca entre España y Villegas y se ofrecen a cuidar los vehículos, muchos de ellos que estacionan clientes de los bares y boliches de la cuadra.
Se guarecen como base operativa en el hall del edificio de departamentos, en cuya planta baja funciona un tradicional casa de cambios.
Cada tanto surgen discusiones, porque no todos los automovilistas al retirarse acceden a pagarles, como reclaman a veces insistentemente.
Como suele suceder también tienen conflictos internos. Durante el último fin de semana dos de los trapitos se pelearon a piña limpia en plena calle Roca. Por momentos se frenó el tránsito y los conductores debieron maniobrar para no embestirlos.
Vecinos cuentan que se insultaban y desafiaban, y que además de la herramienta que usan para limpiar los vidrios ambos se atacan con varillas que tenían escondidas.
En uno de los embates llegaron hasta la puerta del boliche, desde donde una mujer que trabaja de custodia les exigió a los gritos que ahí no se pelearan.
Leé más
Otro incendio fatal: un hombre murió en su casa consumida por las llamas
Un hombre murió quemado tras el incendio de su camioneta luego de pisar un cable
Juicio por el crimen de Jorge Gatica en la comisaría: El jurado popular dio su veredicto final
Noticias relacionadas
Dejá tu comentario