"Las pruebas son cuentos novelados"
Los abogados defensores coincidieron ayer en sus críticas a la investigación y pidieron al tribunal que la declare nula porque no se respetaron garantías constitucionales. Hay 13 imputados, entre ellos Héctor Montecino.
La estrategia de la defensa en el juicio oral contra Héctor Montecino y Sergio Dávila, además de otros 11 detenidos, distó de ser improvisada y ayer, en poco más de cinco horas, dejó en claro que el Tribunal Oral Federal de Roca deberá ser muy minucioso al momento de elaborar el fallo definitivo. Todos los abogados coincidieron en reclamar la absolución de los acusados y pedir la nulidad de allanamientos e indagatorias. Fueron más allá y cuestionaron en forma severa la actuación de la Policía neuquina y la Justicia Federal.
La defensora oficial Gabriela Labat, junto a dos asistentes y una notebook, empezó a desmenuzar la causa penal abierta en septiembre de 2012 y llamar la atención sobre los puntos débiles de la investigación de los efectivos de Toxicomanía.
“El juez no había dictado ninguna resolución y ya hacían tareas de inteligencia en Cipolletti”, apuntó la abogada. Agregó, enseguida, que “se inicia una causa sin hecho ilícito”.
Cuestionó la repentina intervención del teléfono de Ana Manosalva Campos porque no era imputada e hizo un repaso de jurisprudencia para apoyar su argumentación.
El segundo punto que puso en discusión fue la imputación, que “debe ser eficaz, oportuna; si no es posible precisar, no existe mérito para imputarle un cargo concreto”.
Después, hizo hincapié en los derechos de privacidad e intimidad y se refirió a la cámara de video que vigilaba los pasos de Manosalva. “Es imprescindible que no se use este sistema en forma indiscriminada”, recalcó.
Tras hacer una introducción general, Labat empezó a mencionar uno por uno a sus defendidos e hizo distintos planteos. En el caso de Cristian López, requirió las nulidades de la indagatoria y la acusación. También puso en duda el valor del allanamiento realizado a la casa que ocupaba en calle América.
Tuvo una similar posición respecto de Macarena Domínguez y dijo que “no hay nada que haga suponer el contacto de mi defendida con la droga”. Recordó que la joven trabajaba en una estación de servicio y que se vio obligada a cuidar a su hermano menor porque su madre y ex pareja de Montecino, Carina Domínguez, quedó detenida.
Labat reprochó a la fiscal Mónica Belenguer la acusación en contra de su defendida y exclamó a viva voz que “no podemos acusarla sólo por la cantidad de droga que se encontró en un domicilio”. No dudó en hablar de “la liviandad de la acusación” y exigió que “se la absuelva de culpa y cargo”.
Sobre la investigación que rodeó a Manosalva, evaluó que “nada hace pensar que mi defendida tuviera participación en el hecho que se le atribuye”.
Respecto de Beatriz Gutiérrez, precisó que no había escuchas que la incriminen y enfatizó que “trabajaba en una chacra para mantener a su familia”.
En cuanto a Julio Bertot, Labat remarcó que fue “infundada” su detención y describió su problema de consumo de estupefacientes.
Cerró su alegato cerca del mediodía y no pasó desapercibida para sus representados, que en el caso de Bertot le disparó: “¡Qué manera de hablar!”.
“Relato de fantasía”
Alrededor de las 13 y transcurrido un cuarto intermedio, fue el turno del abogado Gustavo Olivera, quien representa a la pareja integrada por Cecilia Soto y Nicolás Reyes. Apuntó al “debido proceso legal” y criticó el papel del Ministerio Público: “Se debería hacer cargo de este avasallamiento”.
Para el abogado, los agentes neuquinos “avasallaron un sinnúmero de garantías fundamentales” y arriesgó que la imputación “es un relato de fantasía, artificioso, que encontramos en todo el proceso”.
Mirando fijamente al tribunal presidido por Armando Márquez e integrado por Eugenio Krom y Orlando Coscia, el defensor les requirió que “revisen toda la causa, veamos si es una causa sólida”.
Dedicó un párrafo especial para Reyes y repasó que “tiene problemas con el alcohol, la marihuana, la cocaína” pero aclaró que “no hay nada” sobre su presunta culpabilidad.
Olivera extendió su alegato por casi dos horas y ante el evidente cansancio de las partes, se dispuso un nuevo cuarto intermedio, pausa que sirvió también para que los detenidos coman un refrigerio.
Ya en el final de la ronda de alegatos, el abogado roquense Darío Sujonitzky dijo lo suyo en relación al cipoleño Jorge “Topo” Navarrete. “En el allanamiento al domicilio no se secuestró nada que pudiera dar a entender que compraba o vendía droga”, señaló.
Sobre la relación con Montecino, comentó que era circunstancial porque “la hija de Montecino vivía en la casa del nieto de Navarrete. Las charlas de Montecino y Navarrete estaban relacionadas con su hija”.
Por otro lado, resaltó que su defendido “vivió toda su vida de la actividad comercial” y que contaba con un permiso extendido por el Municipio para la venta de chacinados.
Al igual que los abogados que lo antecedieron, atacó la investigación policial y entendió que “es pescado podrido que le vendieron al juez. Los cráneos que han ideado esta investigación dijeron que eran los brazos ejecutores (Navarrete y Cristian López) y ha quedado demostrado que es una falacia total”.
“Producción cinematográfica”
Locuaz y enfático, el abogado particular Martín Segovia tuvo a su cargo el epílogo de la sexta jornada de debate oral. Dedicó en un principio unas líneas a los derechos de los defendidos y reflexionó que “las injerencias tienen un límite, no se pueden sacrificar las garantías constitucionales”.
Explicó que la causa penal “se inicia con una mera solicitud de intervención” y aventuró que el tribunal tendrá que “explicar las sucesivas intervenciones”.
Segovia no se guardó nada y se mostró molesto por el desempeño de los jueces federales de Neuquén y Roca, además de los fiscales. Tampoco ahorró cuestionamientos a Belenguer y se preguntó: “¿Qué quedó de toda esta producción cinematográfica?”.
Para el abogado de Ramona Luna, “no se investiga en serio” y sobre su defendida aclaró que “no hay una sola prueba” incriminante. “Las pocas pruebas son cuentos novelados de la Policía”, disparó y reclamó su absolución.
El proceso continuará el viernes, con las contrarréplicas de las partes.
Expectativa por el fallo del TOF
Finalizados los alegatos de la defensa, quedó en el ambiente de la sala de audiencias del Tribunal Oral Federal una sensación ambivalente y que tiene relación con el fallo definitivo que dictarán los jueces Armando Márquez, Eugenio Krom y Orlando Coscia. Con el correr de los días, crecerá la expectativa y habrá que ver el papel que asume la representante del Ministerio Fiscal, Mónica Belenguer, quien el viernes próximo tendrá posibilidad de reforzar los argumentos de la acusación en contra de los 13 detenidos por el delito de tráfico de estupefacientes. Por otra parte, los abogados del conjunto de los procesados podrán ampliar sus fundamentos absolutorios y reiterar el pedido de nulidades.
Varios abogados lo mencionaron y no es un tema menor: el Tribunal ya presidió una serie de juicios en contra de algunos de los imputados y dictó severas condenas para Sergio “Condorito” Dávila, Susana Luna y Héctor “Pocho” Bravo. Pero también se debe recordar que en Roca y con fuertes cuestionamientos a la Policía federal, fueron absueltos los hermanos Héctor y Ruth Montecino.
Los defensores no desconocen el historial de sentencias y actuaron en bloque para mostrar las supuestas deficiencias de la investigación del Departamento Toxicomanías de la Policía neuquina.







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