Su nave espacial tardó cuatro días en llegar al satélite antes de que el módulo lunar, conocido como Eagle, tocara suelo en la superficie lunar, el 20 de julio. Armstrong salió de la cápsula y a las 2:56 GMT del 21 de julio de 1969, de noche en Estados Unidos, y de madrugada en Europa, pisó suelo lunar.
Collins permaneció en órbita lunar en el módulo de comando Columbia, el único medio de transporte que los astronautas tenían para regresar a la Tierra. “Ellos sabían... yo sabía que si ellos por alguna razón no podían despegar, yo no iba a poder hacer nada al respecto. El Columbia no tenía tren de aterrizaje, no podía bajar a rescatarlos”, comentó el nacido en Italia, quien adoptó la nacionalidad estadounidense por sus padres.
Aldrin, el segundo hombre que pisó la Luna, fue la estrella del evento. Solo cuatro de los 12 hombres que viajaron a la Luna durante las misiones Apolo están vivos. Estas celebraciones, sin embargo, dejan en evidencia una realidad: ni Estados Unidos ni ningún otro país fueron capaces de volver a la Luna desde 1972, el año de la última misión de Apolo. Desde entonces, solo máquinas la pisaron.
Sí hubo distintas promesas: el presidente George Bush prometió hacerlo en 1989, así como su hijo, George W. Bush, en 2004, que aseguró que iría hasta Marte. Ambos, sin embargo, tuvieron que enfrentarse a un Congreso que no tenía interés en destinar enormes fortunas, y una opinión pública que había cambiado considerablemente desde la Guerra Fría. El presidente Donald Trump volvió a lanzar la carrera por reconquistar la Luna y retomar la idea de explorar Marte, tras asumir el mando en 2017. En la última semana, fue despedido al jefe de exploración humana espacial, Bill Gerstenmaier, por desacuerdos sobre el ultimátum impuesto por el presidente de volver a la Luna antes de 2024.