
Eduardo Andrés Della Cha, "Don Lalo": un hombre que marcó huellas imborrables
Fue enfermero y concejal en el norte neuquino. Hombre de a caballo, por sus múltiples tareas recorría el norte neuquino. Ciudadano ilustre de Chos Malal.
En la búsqueda de testimonios que escribieron la historia de la Nor Patagonia con su labor cotidiana, nos encontramos con la vida de don Eduardo Della Cha más conocido como “Don Lalo”. Había nacido el 7 de marzo de 1928, en el paraje de Ailinco, Andacollo. Sus padres eran Antonio Della Cha y Elvira Toledo. Sus hermanos son: Sergio “Che cho”, Antonio Héctor, Mario Arturo” Marito”, Clotilde, José Francisco “Pancho”. Lalo había comenzado a estudiar enfermería en 1950 y dedicó su vida en la ayuda a la comunidad. Estaba siempre al servicio de los que lo necesitaban su auxilio y fue un precursor de la medicina preventiva en el norte neuquino. Se movilizaba a caballo en medio del campo, no había rutas ni caminos; debían caminar varios kilómetros para llegar a lugares y parajes donde iban a buscar a quien necesitara asistencia médica, curaban a los enfermos. Realizaban los primeros auxilios, ya que no poseían medios para llevarlos al hospital zonal.
Relataba Lalo que “con el pasar del tiempo me compré un jeep con eso llegábamos a más lugares y más rápido. Muchas veces nos quedábamos varados en la nieve, tormentas y vientos, por los que los lugareños ofrecían sus casas para quedarnos durante el temporal. Íbamos a Ailinco, Las Ovejas, Varvarco entre otros”.
En 1950 comenzó con la enfermería junto al médico Dr. Pedro Gallo. Y el chofer Laurentino Yáñez. Lalo fue testigo de los primeros efectos de la Penicilina.
En 1957 comenzaron a llegar las vacunas y los enfermeros y médicos de Chos Malal fueron autorizados para que en avión trasladen las vacunas “Sabin Oral”, vacuna contra la poliomelitis, enviadas desde Neuquén en un vuelo especial y campaña a través de la que vacunaron más de 5000 niños en la zona rural; a médicos y enfermeros, se sumó Gendarmería Nacional que brindó vehículos para llegar a los lugares menos transitados y difíciles.
Eran tiempos de pocos médicos, solo dos en la zona y uno era de Gendarmería. Los sueldos eran muy bajos, todo se hacía con más vocación que otra cosa, “nosotros hacíamos cualquier cosa para calmar el dolor o salvar una vida. Hoy es distinto, la medicina ha logrado grandes avances y lo que antes era delicado ahora es sencillo de curar”, dijo Lalo.
En esos tiempos el caballo era el único medio de comunicación para llevar soluciones sanitarias a las poblaciones de los puntos más distantes de la zona.
Durante la década del ’60 en la provincia del Neuquén existían centros de salud privados (de las Fuerzas Armadas, nacionales) sin una estrategia que coordinara y mejorara los resultados. Antes de que se creara la red de hospitales rurales, los pobladores “de la campaña” eran asistidos por enfermeros con experiencia, la mayoría vivían en los pequeños poblados, como “Lalo” Della Cha, Tito González, Pinilla, Olga Vivares. Elías Dei entre otros. Fueron por años el recurso sanitario que tenían esas poblaciones. Ya en los 70 la provincia comenzó con la organización profunda de la salud. El Plan de Salud modélico para el país, organizó y creó las zonas sanitarias y el agente sanitario. Y distribuyó las tareas a lo largo y ancho del territorio neuquino. Los primeros reclutados fueron alrededor de diez maestros rurales y una enfermera, llevaban a los domicilios el mensaje de la prevención de las enfermedades y el valor de vivir en salud.
Don Lalo se jubiló luego de cumplir 45 años de servicio en el hospital local, trabajó como enfermero, agente sanitario y en todo trabajo en donde lo necesitaran.
Fue dirigente de Cooperadoras escolares de instituciones y de organizaciones comunitarias. Fue Concejal entre 1983 y 1987.
Formó su familia con Adriana Villar en 1955 y tuvieron a María Cristina Della Cha y Juan Carlos Della Cha. La hija falleció recién nacida. Doña Adriana fue maestra de la escuela de frontera, “era muy coqueta”. Juan Carlos comenzó a estudiar Ingeniería, pero no terminó la carrera; encontró su vocación en la locución, periodismo y educación física. Formó su pareja con María Angélica Cerdan, y tuvieron a Carla Tamara, Julián Lautaro. Radicados en Neuquén, Juan Carlos trabajó en escuelas de fútbol y en radio, y Angélica en la Subsecretaria de Salud de Neuquén. Los hijos estudiaron en Neuquén, luego en Buenos Aires estudiaron Diseño de Imagen y Sonido y Diseño Gráfico y el joven Kinesiología. Ligados al deporte. Tiene otra nieta de Juan Carlos, Ailín.
Don Lalo Della Cha fue siempre un militante del pueblo, dispuesto a estar al lado de la gente. Escuchaba, generaba soluciones, ayudaba.
Fue reconocido en vida como Ciudadano Ilustre de Chos Malal. Siempre el 4 de agosto, Aniversario del Pueblo asistía al acto. Como ocurrió en el año 2016. Al día siguiente, el 5 de agosto se quedó dormido en su casa de la calle Santa Cruz, a los 89 años.
Sereno como fue su vida en procura de la ayuda solidaria a su pueblo.
Una vez más agradezco la tarea del Archivo Histórico de Chos Malal –Sra. Sandra Sobarzo- que nos permite visibilizar y dar a conocer, ricas historias de pobladores del interior del Neuquén que enorgullecen a toda la provincia neuquina y a la Nor Patagonia.
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