
Curaqueo, condenado a pena mínima por homicidio
La Cámara Criminal Primera condenó ayer a Claudio Curaqueo a la pena de diez años y ocho meses de prisión por el crimen de Tomás Acuña, ocurrido en abril de 2012 en Cinco Saltos, y absolvió a Hugo Pérez por el beneficio de la duda. Curaqueo estaba acusado de ser el autor de los disparos y Pérez había sido llevado a juicio en carácter de partícipe necesario.
Antes de finalizar la audiencia, Curaqueo aseguró una vez más ser inocente y acusó a una mujer que se habría fugado luego de que la víctima fuera asesinada. “No entiendo por qué me culpan a mi de un crimen que no cometí en vez de buscar a esta persona que se fugó y que terminó culpándome”, comentó el imputado.
El fiscal de Cámara Ricardo Maggi había solicitado la pena de 13 años para Curaqueo, a quien lo consideró autor del crimen por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. El mismo castigo requirió para Pérez.
El tribunal condenó sólo a Curaqueo y consideró justo imponer la pena mínima al considerar que, al momento del hecho, no contaba con antecedentes penales. En el caso de Pérez, argumentaron que la prueba en su contra no era lo suficientemente sólida y que los testimonios escuchados durante el debate fueron incongruentes. Inclusive hicieron mención a que la moto de Pérez nunca fue secuestrada y que no coincidía con las características que había dado uno de los testigos claves. Por ello, se inclinaron por absolverlo de culpa por el beneficio de la duda.
Al referirse al supuesto trastorno transitorio mental que habría sufrido Curaqueo y que planteó la defensa, representada por Gerardo Tejeda, en los alegatos, desestimaron que se habría tratado de un caso de emoción violenta. “Es probable que haya atravesado un estado de ira, pero sabía lo que hacía ya que se armó de los recursos necesarios para cometer el hecho”, afirmaron los jueces.
Venganza
El enfrentamiento entre un hermano menor del acusado y un hijastro de Acuña fue el desencadenante del crimen. Los jóvenes habían protagonizado una violenta pelea, en el barrio Rincón de Marletta, que terminó cuando el primero fue apuñalado. El joven quedó tirado en la calle y cuando Curaqueo llegó al lugar creyó que estaba muerto, ya que estaba en medio de un charco de sangre.
Acuña intervino para separar a su hijastro y al acusado pero terminó involucrado en el episodio que horas más tarde finalizó cuando Curaqueo entró a su casa y le efectuó seis disparos. Ocurrió el 8 de abril del año pasado, cerca de las 21.
Los magistrados también remarcaron que pasaron varias horas entre que el acusado supo que su hermano había sido herido y fue a la casa de Acuña. Y que en ese lapso, no intentó saber cuál era su estado de salud.
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