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Con los petardos de fin de año estalló la polémica

Proteccionistas culparon al Municipio por falta de controles.

Pasaron las fiestas, pero sigue vigente el malestar que provocaron los explosivos en proteccionistas y colaboradoras voluntarias que defienden a los animales, familias que conocen de cerca algunas patologías sensibles a los ruidos, como el autismo, y gente de la tercera edad. Aunque hay una ordenanza que prohíbe la pirotecnia de efecto sonoro, en las vísperas de Navidad y Año Nuevo, en numerosos barrios de esta ciudad, los vecinos fueron testigos de un festín de artificios que provocó mucho ruido.

María Acosta, que trabaja denodadamente y en forma voluntaria todos los sábados en el refugio de la Isla Jordán, expresó indignada: “La ordenanza no se cumplió y es una pena. Se lucha tanto por los derechos de los demás, no sólo de los perros, sino de las personas que también sufren la pirotecnia, que no se puede entender que se haga tanto ruido”. Y acotó: “Cerca de la Isla Jordán, donde está el refugio, tiraron bombas de estruendo a morir”. Otras proteccionistas consultadas advirtieron una lluvia de cuetes y petardos en los barrios más alejados.

Por este motivo, muchos vecinos decidieron pasar las fiestas en sus casas y otros que no pudieron estar ahí para tranquilizar a sus animales se encontraron con el problema de salir a buscar a sus perros que andaban perdidos, desorientados, como consecuencia de los efectos de la pirotecnia. En tanto, gente que tiene en la familia chicos con autismo recurrió a diversas estrategias para evitar que los ruidos los afecten, como colocarles auriculares y otros dispositivos que desvíen su atención.

“El problema es que el Ejecutivo no ejecuta. Hubo muchas denuncias a negocios y personas que vendían pirotecnia de forma clandestina, y no se hizo nada. No hubo controles”, enfatizó Acosta.

Por su parte, Bettina Ferrari, miembro de Funpabia, expresó: “El Municipio ha ordenado muchísimas cosas, pero la pata que les falta es el control, y lo vivimos a diario en las denuncias por maltrato animal. Cada vez que tenemos que hacer una, muere en un expediente. No está bien aceitado el mecanismo”. Por eso, Acosta advirtió que sería necesario que el Ejecutivo capacite a su personal.

No hallaron nada

Durante las fiestas, el Municipio habilitó dos líneas de teléfono para denunciar la venta ilegal de pirotecnia. El titular de Comercio, Juan Carlos Colombo, no pudo precisar un número, pero dijo que la mayoría de la gente que se comunicó, creyó que no se permitía la venta y denunciaba a todos los negocios. Sin embargo, sostuvo que se encontraban habilitados, y al realizar una visita, los inspectores corroboraron que estaban “todos en regla”. Incluso, agregó que revisaron los depósitos y “no se encontró nada”.

Sin embargo, buena parte del material que explotó lo ofrecieron particulares a través de las redes sociales. Al respecto, el funcionario aclaró que escapa al control de policía de los inspectores la venta virtual. Además, comentó: “Nosotros no tenemos internet para verificar todo”.

Las proteccionistas reconocieron que en otras ciudades de la confluencia ocurrió lo mismo y lamentaron que parte de la sociedad todavía no comprenda los efectos nocivos de la pirotecnia.

Prohibición parcial, controles fallidos y el rol de Facebook

La ordenanza entró en vigencia este año. Limita la venta de pirotecnia a artefactos de efecto luminoso, prohibiendo todos aquellos de explosiones ruidosas. Es más flexible que la neuquina, que prohíbe todo.

Muchos vecinos denunciaron que había comercios vendiendo petardos y LM Cipolletti lo confirmó en un local céntrico. En sus controles, la Muni no detectó irregularidades, informó Comercio.

Los inspectores llegaron tarde a los depósitos y no hicieron verificaciones de las ofertas de pirotecnia ruidosa en Facebook. Además, constataron que locales apuntados como ilegales tenían permiso.

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