Volvió de la muerte y se hizo DJ: la historia de Juampi
Estuvo un mes en coma tras un grave accidente en la Ruta Chica: "Casi donan mis órganos". Encontró en la música su cable a tierra y criar a su hijo Benjamín "me ayudó a superar mis traumas". La ejemplar historia de superación de este joven orense.
“Un joven de 22 años está grave tras un brutal accidente sobre la Ruta Chica”, titulaba LM Cipolletti aquel triste 13 de marzo de 2019. Hoy, a casi cinco años de ese dramático día, afortunadamente Juan Pablo Villegas vuelve a ser noticia en este mismo medio, pero por su increíble historia de superación.
Mejor vayamos por parte, de manera cronológica para darle un contexto a este maravilloso ejemplo de vida.
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No recuerda nada del tremendo siniestro. Solo sabe que el casco de su moto evitó su muerte en el acto. “Es que una rueda del auto que me impactó de frente me aplastó la cabeza, si no tenía protección me la reventaba, y el otro neumático me destrozó la clavícula”, explica tras atenderse este jueves en una clínica cipoleña por cuestiones ajenas al episodio que lo marcó para siempre.
Permaneció 27 eternos días en coma y “unos 15 fui donante de órganos ya que los médicos les decían a mis padres que se preparen para lo peor, que podía morirme de un momento a otro, era un cuadro fatal. Volví a existir”, repasa y celebra con alivio.
Los milagros existen y el suyo de a poco comenzó a gestarse. Claro que requirió de una larga recuperación repleta de operaciones y 18 viajes a Buenos Aires incluidos, “en los que a veces me quedaba una semana entera allá. No se lo deseo a nadie, ni al peor enemigo, pero lo importante es el aprendizaje que me dejó”.
Operaciones e injertos contra reloj. “Una neurocirujana me reconstruyó el plexo del brazo, me lo conectaron a la parte que quedó sana. Me retiraron nervios de la pierna derecha y los usaron para reconstruirme otras partes, hubo traspasos de músculos más numerosas cirugías”, explica ya de regreso a su casa en Fernández Oro.
https://www.lmcipolletti.com/un-joven-22-anos-esta-grave-un-brutal-accidente-la-ruta-chica-n626606
Al momento del accidente se desempeñaba como profesor “de electricidad y electrónica en el CET 9”.
Ya nada sería igual en muchos aspectos. Es que “al despertar me topé con mi nueva realidad. No escuchaba del oído derecho, perdí la audición el 100 % y a la vez la fuerte caída me causó una lesión del plexo braquial izquierdo, perdí movilidad en ese brazo, que está de adorno. Sufrí múltiples fracturas”.
De docente a DJ
También en su vida laboral experimentó bruscos y sorprendentes cambios. “Volví a dar clases, pero no podía identificar qué alumno me hablaba, me perdía por mi falta de audición, no escuchaba… Entonces hice los tramites por mi invalidez”, asegura.
Inquieto, se las ingenió para reinventarse y encontrar una motivación que a la vez lo ayudara en su lucha diaria. “En casa me estaba volviendo loco y me acordé de un sueño frustrado, ser DJ. Yo mezclaba de manera virtual con música que bajaba, nunca me lo puse como estilo de vida, sino como un pasatiempo. De hecho, a los 7 años empecé a estudiar piano, tenía eso de la música. Encima un día me invitaron a una fiesta electrónica y descubrí la pasión. Así di con el curso que brindan en Cipolletti, aprendí la parte técnica y me incliné por esto”, agrega el pibe que la rompió el finde en el Verano Cultural orense.
Nunca, ni en el peor momento, bajó los brazos y merecía que surjan las posibilidades. “Lo terminé en diciembre del año pasado. Arranqué a buscar lugares, tiré mensajes… Histeria fue el primero que me abrió sus puertas en Oro, luego toqué en la Casa de la Bodega, después en Zona Drinks en Neuquén. Y llegó el otro día el ansiado evento de la Muni de Oro. Ellos querían artistas locales en el Verano Cultural y se me dio. Ahora, este viernes voy a estar en la feria Auge”, anticipa Juampi.
Desborda pasión al hablar de la música. Y transmite energía y buena vibra cuando anima las fiestas. “Descubrí la fascinación, esto es mi cable a tierra. Me siento una persona normal estando ahí arriba, superando mis miedos, esos que el accidente me ha dejado. Hice terapia más de 3 años, pero hasta que uno no encuentra lo que le gusta, se complica”, reflexiona con sinceridad.
Su mayor satisfacción en su trabajo actual es la favorable respuesta del público a su propuesta, generar que la gente se contagie de alegría y se divierta.
“Que se pongan a bailar me provoca orgullo. Después de todo lo malo le empecé a ver el lado bueno a las cosas, siempre hay cosas positivas para rescatar. Si me hubiese quedado con lo que paso quizá me intentaba quitar la vida”, admite acaso en la frase más fuerte de todo el reportaje.
¡Grande Pa!
Juan Pablo está separado y tiene un único hijo, con el que vive y al que cuida tras llegar a un entendimiento con su madre.
“Benjamín tenía 2 meses cuando tuve el accidente, me perdí quizá la parte más linda, donde crecen. Me la pasé con los viajes, no podía cambiarle el pañal, aunque él se empezó a adaptar a mí: me levantaba la colita y yo le ponía el pañal. Tenía apego conmigo desde chico”, rememora una situación emocionante.
“Justo con su mamá nos separamos unas semanas antes del accidente. Hace 2 años el nene vive conmigo, fue de gran ayuda para superar el trauma que causa el accidente. Lo llevo al jardín, la vez pasada viajamos a Tucumán, somos muy compinches”, destaca a la personita que más quiere.
Esto sin que se ponga celosa Nélida, su incondicional madre. “Estamos los tres en casa, ella es un pilar en mi vida. La conocen y quieren todos porque vende comida en la UNCo hace 14 años”.
La reflexión final y su sueño
“La clave, insisto, es verle el lado positivo hasta a las cosas negativas. Llegué a pensar ‘bueno, es lo que tocó, al menos viajo, conocí un avión por esta situación, hasta me pusieron vuelo charter en uno de los viajes por la situación”, deja una gran enseñanza.
Y respecto a sus sueños, sostiene: “Me gustaría que la gente diera oportunidad a los DJ locales que recién arrancan, hay mucho potencial. Y mi meta es tocar algún día en la Fiesta de la Confluencia”.
A propósito, en él confluyen la fuerza de voluntad, las ganas de superarse y el amor a su hijo, su madre y la vida. Juampi, el DJ que no para de dar pasos gigantes.
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