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"Son partidos que no se los olvida nadie, más si los ganás"

El Ruso Strak jugó ante el Ciclón en el Viejo Gasómetro el día del último gol local en Boedo.

El paso de Cipolletti por el fútbol grande dejó historias cruzadas, imborrables no sólo para la institución albinegra sino también para algunos de sus rivales.

Una de ellas fue nada menos que ante San Lorenzo, rival de esta tarde por la Copa Argentina.

Cuervos y albinegros se cruzaron en cinco oportunidades de manera oficial. En tres ganó el conjunto de Boedo, un solo compromiso se volcó a favor de Cipo (el gol de Chirola Bastía) y el restante terminó en empate. Sin embargo, en una de esas derrotas “lógicas” el pueblo azulgrana quedaría marcado para siempre.

Era el 18 de noviembre de 1979 cuando el Capataz viajó a la Capital por el Nacional de esa temporada. Ya era histórica la participación de la visita contra los grandes, pero de San Lorenzo nadie imaginaba que el duelo sería imborrable.

Al Viejo Gasómetro, Armando Mareque dispuso que los patagónicos salieran con Carlos Zambrano, Proetano, Giba, Díaz y Romano, Silva, Strak y Sancisi, Bastías, Vidal y Flores. El resultado fue 4 a 0 a favor del conjunto que por entonces conducía Carlos Salvador Bilardo, pero lo que pasaría a la posteridad sería el último grito, el gol convertido por Mario Rizzi (segundo de su cuenta personal) que se convirtió en el último que se festejó por parte del dueño de casa de cara a las tribunas de Avenida La Plata.

“Nosotros no teníamos ni idea de cuál era el contexto para San Lorenzo. Mucho menos que el cuarto tanto de una goleada pasaría a ser imborrable. Recuerdo que la cancha era muy grande, no sólo el campo de juego, sino la gente que metía San Lorenzo en esa época”, el relato es del Ruso Strak, protagonista del histórico partido.

“Esas épocas eran muy diferentes. Realmente había una diferencia muy grande con los equipos de Buenos Aires. Encima cuando salías, los árbitros te liquidaban”, recordó.

Emblema futbolístico de un Cipo cargado de ilusión, Strak no evitó resaltar la diferencia de categoría que sigue existiendo entre los clubes, pero recordó el valor extra que tiene el cruce para el menos presionado.

“La posibilidad, como jugador, de estar en esta clase de partidos no se te borra más. Si ganás, no se olvida nadie. Como será que 38 años después seguimos recordando un partido que perdimos 4 a 0”, graficó el otro gran Ruso, que dejó huella en Cipo.

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