¿Qué pasó con los ladrones del robo a una vivienda del Manzanar?
Los detenidos intentaron frustrar la audiencia por la falta de uno de los abogados defensores. No lo lograron, y quedaron presos. "Esto no fue un robo al boleo", sostuvo la jueza.
Los ladrones detenidos son Elías Marcos Díaz y Rodolfo Ulloa. El primero, neuquino, trabaja en el rubro metalúrgico y carga con una mochila pesada de condenas por robos violentos, encubrimientos y otros delitos. La última agotó hace apenas cinco meses. Su amigo y consorte es caminero. Vive en Centenario y no tiene antecedentes. Pero ambos quedaron presos, pese a la jugada que planteó Díaz al inicio de la audiencia, donde sin defensor no quería ni aportar su nombre. Finalmente asumió la defensa el abogado que estaba para asistir a su cómplice.
La jueza Rita Lucía le recordó a Díaz que la audiencia la dirige ella, y tras el relato pormenorizado de los hechos y toda la prueba que había en su contra, la magistrada avaló el planteo que realizaron las fiscales Rocío Guiñazú y Anabella Camporesi, y ordenó la prisión preventiva para ambos.
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Sobre todo por la temeraria persecución que emprendieron los detenidos, y que puso en riesgo a los policías y a todas las personas que en la mañana del martes transitaban por esta ciudad.
Es que la persecución arrancó en calle Arrayanes, siguió por Toschi, Ruta 22 hasta la rotonda de empalme con la Ruta 151, y culminó en el paraje la Mayorina con la detención de los dos.
"El riesgo de fuga quedó largamente acreditado. Es inusitado que no haya habido un hecho mas gravoso como un accidente de tránsito, en el que se podrían verse involucradas personas ajenas a esta situación", apuntó Lucía.
Entre las 10 y las 11, habían ingresado al inmueble de la víctima para robarle un maletín y un morral que contenían 280 mil pesos y 1850 dólares, además de una billetera y un celular.
El peligro de fuga quedó plenamente acreditado. Tanto es así que tras abandonar el auto Peugeot 307 color verde en el que escapaban, intentaron escapar con el botín a pie. Incluso con un arma calibre 38 cuya aptitud para el disparo fue acreditada.
"Es un caso in fragancia con mucha evidencia en su contra. Los objetos en su poder, el arma, su comportamiento... Ninguno se sometió a la orden de 'alto Policía'. Podrían haber dicho 'si, cometimos el hecho, perdimos', como dicen en la jerga, pero no lo hicieron, huyeron una y otra vez", advirtió la fiscal Guiñazú.
Se advirtió que si recuperaban la libertad el peligro de fuga sería inminente, más aún en el caso de Díaz. "Sabe que puede volver al mismo lugar de donde salió hace cinco meses, es decir, la cárcel", acotó la fiscal.
La jueza también le dio la razón a la fiscalía en cuanto al peligro de que puedan entorpecer la investigación. Sobre todo porque surge de la evidencia cierta premeditación en el hecho. "Como bien dice la fiscalía, esto no fue un robo al tun tun, al boleo", remarcó la magistrada.
Advirtió que "sabían que allí vivía un taxista, sabían que tenía dinero, y tenían idea de sus horarios". Es que si, los ladrones entraron a su casa después que se fuera a trabajar su propietario.
"Hay una cantidad de evidencia que permite sostener que el hecho se cometió y hay elementos sólidos para afirmar que ha sido llevado a cabo por ellos", ponderó la jueza.
El defensor Elio García hizo reserva de impugnación. Había planteado la libertad para el detenido sin antecedentes, y una prisión domiciliaria para el otro ya condenado por otros delitos.
Sin embargo, como apuntó la fiscalía y luego reforzó la magistrada, es imposible desde Cipolletti controlar a los imputados en un domicilio de Neuquén. No hay convenio entre ambas provincias.
"La morigeración de la medida cautelar no es posible por una cuestión legal y técnica. No se puede producir el monitoreo que requiere la colocación de una pulsera electrónica", afirmó la jueza.
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