Le pusieron una tobillera electrónica para vigilarlo y a los minutos se la arrancó
Un hombre debía cumplir pautas de comportamiento que incluía el uso del dispositivo. Pero ni bien se lo colocaron se lo sacó. Hubo un caso similar recientemente en Cinco Saltos.
A un hombre le habían colocado una tobillera electrónica para monitorearlo satelitalmente. Pero a los pocos minutos se la arrancó y la dejó tirada en la calle, a metros del lugar donde se la habían instalado. De todos modos la policía encontró y detuvo al sujeto, de 41 años de edad, que ahora deberá enfrentar cargos por el daño y por violar una medida judicial.
El incidente, que vuelve a generar interrogantes sobre la garantía que ofrece el método de vigilancia de implicados en causas judiciales, ocurrió el último viernes en Viedma. Fuentes de la policía informaron que el hombre se había presentado en la Comisaría 1ra luego de asistir a una audiencia judicial en la que se le impuso como medida cautelar el uso obligatoria de una tobillera GPS. No se informó el motivo por el que le aplicaron esa disposición.
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En cambio remarcaron que el individuo no estaba conforme con llevar el aparato fijado a su tobillo, pero de todas maneras se lo instalaron y se retiró por sus propios medios.
Sin embargo, pasadas las 17: 30, minutos después del trámite, desde el Centro de Monitoreo 911 se solicitó verificar el estado del dispositivo en la esquina de las calles Alem y Álvaro Barros, luego de que UADME detectara la apertura del sistema.
Al arribar al lugar, que se encuentra en la esquina de la unidad policial, los uniformados encontraron partes del dispositivo tirados en la calle, por lo que advirtieron que la había dañado.
Ante esta situación, por disposición de la fiscal de turno, el hombre fue detenido por el delito de desobediencia judicial y daño agravado, siendo trasladado a la Comisaría 1° quedando a disposición de la Justicia.
Otro la dejó en un Uber
Hubo otro caso reciente en que también dañaron una tobillera electrónica y el responsable quedó tras las rejas. Ocurrió en Cinco Saltos y lo protagonizó un hombre que cumplía una pena de seis meses en suspenso con un caso de violencia familiar y resistencia a la autoridad y le habían dado la libertad condicionada al cumplimiento de pautas de conducta que incluía el uso del aparato, que debía estar activo permanentemente.
Sin embargo la tarde del 6 de mayo último el dispositivo registró movimiento, pero no en sintonía con la ubicación del condenado. Horas más tarde se constató que había quedado en el asiento de un vehículo que trabajaba para Uber, el servicio de viajes que se acuerda mediante una aplicación telefónica.
A raíz de la irregularidad lo convocaron a una audiencia en los tribunales de Cipolletti en la que el fiscal solicitó la revocación del beneficio de la prisión condicional y la inmediata detención. Argumentó que el uso del GPS había sido dispuesto como una medida protectora ante situaciones previas de incumplimiento. También recordó que el hombre ya contaba con antecedentes de rebeldía durante el proceso de ejecución penal.
La defensa pidió que se garantizara su libertad, sostuvo que el olvido no fue intencional y señaló que la resolución judicial que estableció las pautas no se encontraba firme. A pesar de los planteos, el juez consideró que el incumplimiento había sido acreditado y resolvió que el condenado debía cumplir la pena en forma efectiva.
El hombre había sido condenado por un hecho ocurrido en agosto de 2022 en Cinco Saltos, donde agredió físicamente a su suegra y luego atacó a los efectivos policiales que intentaban detenerlo.
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