Ese oscuro boliche llamado Las Palmas
Abrió con excepciones municipales y sospechas de coimas en 1994. Cambió de nombre y de manos para evadir acreedores e impuestos. Vuelve sin habilitación.
“Cuando algo nace mal parido, ya no hay forma de acomodarlo”, decía un viejo colega, y la frase se adecúa a la perfección a la realidad del monstruoso local bailable ubicado en la calle Primeros Pobladores al 2000. Fundado por el empresario reginense Pedro Nardanone en los 90, Las Palmas es poseedor de una sórdida historia que incluye una muerte, un desaparecido (Sergio Ávalos), decenas de pibes golpeados por la seguridad, trabajo en negro, prostitución, droga, aprietes, coimas y un largo derrotero que da cuenta de cómo funciona la noche.
El boliche puede cambiar de dueño, de nombre, el lugar de las barras y hasta la música, pero en el fondo, Las Palmas es un edificio lúgubre que siempre ha tenido manejos non sanctos y en sus fauces hay secretos inconfesables.
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Nardanone y asociados
Pedro Nardanone es la hidra de todo el derrotero de Las Palmas; de hecho, está en la mira de la Justicia Federal por la desaparición forzada de Sergio Ávalos, que esta semana cumplió 20 años.
En el recorrido histórico del boliche, el reginense ha realizado cuanta pulseada ha podido para licuar deudas, evitar demandas y pagos de proveedores. Es decir, estafar.
Su actividad como empresario de la noche comenzó con un boliche en la terminal de Regina al que llamó Las Palmas. Poco tiempo tardó el local en hacerse de mala fama.
En 1994, Nardanone y su amigo Adriano Alejandro Petrini desembarcaron en la rapaz noche neuquina.
La habilitación del edificio de la calle Primeros Pobladores al 2000 la consiguieron por “vía de excepción”, ya que tenía un exceso de superficie del 13% y su instalación en ese sector de la ciudad no era compatible.
Pese a las irregularidades, el Concejo Deliberante primero y luego la intendenta Derlis Kloosterman firmaron el decreto que le daba vía libre.
Dicha intendenta estuvo vinculada a compras irregulares, por lo que junto con varios funcionarios tuvo que abandonar la gestión municipal tres meses antes de concluir su mandato. Terminó refugiada en la pequeña localidad costera de Claromecó.
Sobre la habilitación de Las Palmas pesa una densa sospecha de que la excepción tuvo un costo económico para Nardanone, más aún porque dicha gestión municipal era bastante permeable a las “soluciones alternativas”.
A fines de 1994, el reginense obtuvo la licencia comercial para el rubro de “confitería bailable y salón de fiestas”.
Nardanone supo desarrollar con habilidad ciertos manejos, creando una suerte de clos de sociedades que las hacía interactuar entre ellas para evadir todo lo que se pudiera. Incluso su esposa, Liliana Esther Bonjour, tuvo que declarar en la Justicia Federal por los sendos manejos de su esposo.
En su declaración en el marco de la causa Ávalos, Bonjour se mostró como una pobre mujer engañada por el siniestro de su marido. Nadie creyó en sus dichos. “Hay desconocimientos cómodos”, confió una fuente con cierta perspicacia.
Las Palmas también se llamó El Fuerte y El Monumental. Con este último nombre figuraba cuando el 8 de abril de 2001, un joven de 21 años murió tras caer del escenario central. Fue un accidente, pero rápidamente buscaron desvanecer la SRL que tenían en ese momento y Nardanone aprovechó la mano de obra gratis que ofreció el novio de la hija, Patricio “Pato” Sesnich, quien en ese entonces era un joven 23 años ambicioso, violento y con muchas ganas de acceder a determinados círculos. De hecho, en la actualidad, el Pato vive en uno de los más coquetos barrios privados de Neuquén, donde tiene de vecinos a empresarios, políticos y jueces.
Sesnich, en los papeles ante la comuna, pasó a ser el propietario del boliche y ahí comenzó una de las etapas más violentas del lugar, que tenía como personal de seguridad a militares en actividad y policías de consigna, y compraba inspectores para que hicieran la vista gorda ¬¬-todo figura en el expediente de la causa Ávalos-.
De hecho, LMN logró que un funcionario municipal de ese entonces revelara un intento de coima que sufrió por parte de Sesnich y, posteriormente, un apriete en la puerta de su casa. Ese hallazgo periodístico después se transformó en una declaración testimonial del ex funcionario ante la Justicia Federal.
Los manejos del dueño y encargado del boliche incluyeron una frondosa deuda ante Sadaic que jamás pagaron y que salió a la luz dos meses después de la desaparición de adentro de Las Palmas de Sergio Ávalos.
El juez civil Raúl Bassi (fallecido) dictó sentencia el 12 de agosto de 2003 en contra de Nardanone por 644.984 pesos (dólares), más sus intereses, derivados de los derechos económicos de autores emergentes de la utilización de las obras musicales y literarias musicalizadas.
Sadaic solicitó el embargo preventivo de los bienes del boliche y las dos radios que tenía el empresario reginense. A esa altura de los acontecimientos, Las Palmas había sido clausurado por el área de Comercio del municipio que comandaba Horacio “Pechi” Quiroga.
El recorrido permite observar a un Nardanone que apeló a todo tipo de maniobras para sumar dinero sin tener que resignar ni un centavo. Y su yerno, que supo hacer bien su papel del esbirro.
El clan Masip
El fin de semana pasado, contábamos la historia del clan Masip, otro grupo de estafadores maquillados de empresarios de la calaña de Nardanone. El clan Masip fue procesado recientemente por el juez federal Gustavo Villanueva por los delitos de evasión tributaria, apropiación indebida de recursos de la seguridad social, asociación ilícita y lavado de activos.
El clan lo integran Juan Sebastián Masip, Juan Francisco Masip y María Alejandra Contreras. Ellos conformaron un grupo económico de varias empresas, una de las cuales se encargó del manejo de Las Palmas y Ticket de 2012 a 2015.
A qué punto habrán defraudado al fisco que la AFIP se presentó como querellante en la causa.
Respecto de la explotación comercial del boliche Las Palmas, la firma no declaró el IVA entre 2012 y 2013.
“Así lo revelan las acreditaciones bancarias verificadas entre enero y diciembre de 2012, por un monto aproximado de $4.400.000 en el año. Aun cuando resulten llamativos tales movimientos bancarios, por las características de la actividad, los ingresos en su mayoría deberían haber sido en efectivo (venta de entradas, bebidas, etc.)”, se señaló.
De los trabajadores de Las Palmas, desde diciembre de 2011 hasta enero de 2014, se omitió presentar la declaración jurada correspondiente a aportes y contribuciones en varios meses de cada año. Les comieron la jubilación.
Todo era tan burdo y actuaban con tanta impunidad, que en distintas inspecciones que realizó la AFIP en 2012 y 2013 descubrieron que el 78% del personal que tenían trabajando en Las Palmas no estaba registrado.
El clan, cuando uno observa los detalles de la investigación, articuló una cantidad de maniobras que le permitían zafar hasta de los embargos y fundir empresas sin tener que pagar ni una indemnización, como pasó con Expreso Argentino, una de las empresas del grupo económico.
La estafa al fisco por parte del clan Masip escala a $79.366.596. Por ese motivo se embargó a los tres socios por un monto de $770.604.000 y la pena pecuniaria que tienen por delante en el caso de resultar condenados asciende a la sideral cifra de $2.843.566.950.
Los Simuladores
Que el boliche de Nardanone había pasado a otras manos para su explotación lo sabía este medio desde septiembre del año pasado cuando un informante reveló: “Lo tiene un tal Mariano Medel y Nicolás Vaamonde, el ex milico que fue custodio de Sobisch”.
Pero todo se desvirtuó cuando el 3 de febrero de este año, personal de Delitos Económicos mediante una investigación dirigida por el fiscal Diego Azcárate detuvo a la denominada banda de Los Simuladores. Sus cabecillas eran Mariano Medel y Ulises Borquez, este último trabajador de Desarrollo Social de la provincia.
Medel y Borquez diseñaron una estafa destinada a hacer caer a empresas foráneas. Cuatro cayeron por un valor cercano al millón de dólares.
Les hacían creer que eran de una empresa neuquina y así fue que alquilaron grupos electrógenos con columnas de iluminación y containers devenidos en oficinas, y hasta compraron material a un corralón de Bariloche.
En Las Palmas, la Policía logró recuperar un generador y se sospecha que parte del material adquirido con cheques sin fondos al corralón de Bariloche sirvió para refaccionar el boliche.
De hecho, en la investigación hay un camión rojo que utilizaron para una de las maniobras y lo descubrieron estacionado frente al boliche. Así las cosas, la nueva aventura de Las Palmas arranca entre sospechas delictivas y manejos poco decorosos.
Vaamonde, el provocador
Lo más interesante sucedió esta semana, cuando al cumplirse 20 años de la desaparición de Sergio Ávalos, Nicolás Vaamonde, socio de Medel en Las Palmas, salió a anunciar la apertura del boliche bajo el nombre de Sens.
Se podría decir que el ex policía y custodio de Sobisch estuvo desatinado o simplemente fue acto de provocación.
Vaamonde es un tipo al que le gusta ostentar su poder económico y rinde culto a su cuerpo que cuida en su propio gimnasio.
Ese estilo de vida, lo llevó a mostrar, esta semana, imágenes de cómo quedó el boliche tras las refacciones y además anunció su reapertura para el 8 de julio con una megafiesta de la mano del reconocido DJ Fer Palacio.
A su anuncio desprovisto de todo contexto o desinteresado por el mismo, le sumó la preventa de entradas para la noche de la inauguración que tienen un valor de entre 7 mil y 11 mil pesos.
Lo cierto es que el Municipio no le ha dado la habilitación para que abra sus puertas al público.
“No tienen autorización comercial, recién se está viendo la prefactibilidad y no es un trámite corto, por lo que hoy no tiene habilitación y no está tan claro que pueda abrir para esa fecha”, sentenció una fuente municipal a LMN.
Sin la certeza de la apertura, la preventa de entradas es todo un negocio.
Al ahondar en Vaamonde, surgen detalles interesantes.
“Creo que llegó hasta la jerarquía de cabo, trabajó en Delitos Económicos y pasó a la custodia de Sobisch. La familia tenía una empresa de seguros y al final él se terminó yendo de un día para el otro porque ganaba más afuera que adentro”, confió una fuente policial.
Por su parte, otro informante de la Policía reveló que “hubo muchachos de la Policía que le contrataron seguro y tuvieron problemas. A uno lo detuvieron en Entre Ríos y cuando presentó los papeles del seguro, le dijeron que esa compañía había cerrado hacía años. Por lo que muchos comenzaron a sospechar que se quedaba con el dinero por lo que si tenían algún accidente grave, todo iba a terminar mal”, señaló la fuente.
En este repaso podemos ver que todos los que han tenido en sus manos Las Palmas son personajes de dudosa reputación y, si a eso se le suma el negocio de la noche, todo tiende a fundir a negro.
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