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"El Vasquito" cierra después de más de 50 años

Aida, la dueña, con sus 90 años quiere descansar.

La despensa “El Vasquito” es una de las postales del barrio Santa Clara de Cipolletti. En menos de 10 días el comercio cerrará sus puertas para siempre. Aida Duca, la dueña del comercio, tiene 90 años y quiere descansar. “Cuando le avise a una vecina se largó a llorar”, contó la cipoleña con algo de picardía y nostalgia, pero con la seguridad que su ciclo dentro de esas paredes se terminaron y que es tiempo de bajar las persianas de forma definitiva.
Al local lo abrieron en 1957. Aida, pese a los años que tiene conserva una memoria envidiable y recuerda muchos detalles, como los cambios que se fueron dando en el barrio. “Acá arranqué con unas poquitas cosas, en el edificio de al lado, después nos mudamos acá”, explicó.
“En el barrio había una carnicería nada más, pero no había nada, puros ranchos nomás, ni la escuela estaba”, precisó.
En la despensa trabajó toda la familia, incluso las hijas una vez que conformaron sus propias familias siguieron ayudando en el local. Todos viven muy cerca, prácticamente son vecinas.
La mujer y su marido, antes de emprender el proyecto de la despensa, tuvieron un tambo. Todos trabajaban, pero ella era la que ordeñaba las vacas, mientras que su compañero repartía la leche. Las hijas también ayudaban en el negocio familiar.
En 1962, Aida sufrió la pérdida de su esposo y tuvo que ponerse al frente del negocio. “A medida que fue pasando el tiempo fui aprendiendo mucho. Ahora se bien cómo es la cosa, lo bueno es que yo siempre me supe controlar con los gastos”, expresó, mientras que su hija agregó que su madre siempre tuvo la buena costumbre de pagar todo al contado y nunca deberle nada a nadie.
Aida reconoció que hace varias décadas se recaudaba muy bien en la temporada: “En el tiempo de la cosecha había mucha gente, trabajábamos bien porque venían los golondrinas por acá”. Pero también puso en relieve la fidelidad de muchos clientes, contando que hay vecinos que tienen libretas desde hace más de 40 años.
Dentro de los próximos diez días, tiene que cerrar el negocio. Ella quiere hacerlo cuanto antes, pero espera primero que se le terminen los fiambres y lácteos. Está cansada; además expresó que “los impuestos están más caros que el diablo” y aclaró que ella no trabaja “para darle de comer al gobierno”.

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