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Abuela centenaria y famosa

Filomena Ávila viene a Cipolletti para cada “cumple”; en este caso rodeada por los afectos de su numerosa familia.

Por: ALFREDO CELANI

Hace algunos años se supo que allá por 1920 había guiado a paleontólogos a encontrar huesos de dinosaurios.

Desde hace no mucho tiempo, doña Filomena Ávila decide –mejor dicho, así lo prefieren sus hijos y ella gustosa acepta- ser traída a Cipolletti para esta época. El calor más acogedor de la ciudad y rodeada por muchos de sus principales afectos obran para que ella, a quien más conocen como «Doña Tika», pase acá el invierno y que de paso celebre cada 7 de julio el cumpleaños. Que ayer, nada menos, fue el ¡número 100!
En realidad, la residencia de la simpática centenaria abuela es en Cerro Policía, donde tiene su casa en los campos de propiedad de la familia. «Allá no sufre el frío porque tiene calefacción a leña y también un zepelin», dice Irma, la mejor de las hijas que se siente orgullosa de recibirla en su hogar y convivir un par de meses o más, según lo que dure la época del frío.
A Filomena se la ve bastante bien. Quizá comprenda poco de la notoriedad, la presencia del periodista o el fotógrafo. Claro, 100 años no es una cuestión así nomás. Se emociona con la presencia de hijos, nietos, bisnietos y hasta tataranietos. Lo que se dice, es como la «reina» de una familia súper numerosa. Todos los cuidados y mimos la tienen como destinataria.
Ayer, en el día de su «cumple», la casa de San Martín al 1300 fue un peregrinaje. Desde la mañana hasta caer la noche. Todos quisieron entregarle un beso, quizá el más hermoso presente recibido.

De Mencué... a Cerro Policía
La vida de Filomena estuvo siempre por estas tierras del sur. Nació en Mencué, pero cuentan que siendo chica, sus padres se instalaron en la zona de Bajada del Manzano en Cerro Policía, donde adquirieron un campo y allí cimentaron todo. Con trabajo, esfuerzo y mucho sacrificio. El que se pueda imaginar en parajes que, por aquellos años, parecían tan lejanos.
De su casamiento con Luis Alberto Pincheira –quien desde alguna estrella debe estar acompañándola tras su partida de este mundo en 1975- nacieron once hijos. José, Aurora, Miguel, Eugenia, Delia, Carlos, Luisa, Rosalinda, Mirta, Evaristo e Irma. El mayor falleció hace algunos años y los otros viven en la zona (Cipolletti, Neuquén y en el sur).
Filomena tiene, además, 38 nietos, 70 bisnietos y 7 tataranietos. Parece un «ejército». Seguramente muchos de ellos van a compartir el «fiestón» que tienen preparado para el 16 de agosto en el salón del Club San Pablo. Esa fecha no tiene otra relación con la contratación del lugar.

Descubridora de dinos
La historia de Filomena, o «doña Tika» no se caracteriza sólo por los cien años de vida, sino porque ha tenido alguna notoriedad muy particular, como la que reflejó una vez la edición de la revista Gente.
Fue hace un par de años, cuando se narró la experiencia de un paleontólogo que necesitó de la orientación que le dio ella -una auténtica baqueana- para encontrar huesos de dinosaurio en cercanías de Cerro Policía. El expedicionario se valió de antecedentes registrados en una facultad platense donde se indica que ya en 1922, otros buscadores de restos de dinos también se habían valido de los conocimientos de «doña Tika» para hallar fósiles que conformaron buena parte de un esqueleto al que denominaron «Bonitasaurio» (dino de cuello largo) encontrado en una ladera del cerro llamado «La Bonita».
Para la centenaria Filomena, la familiaridad con los restos de los dinosaurios se remontaba a varios años; quizá desde la vez que encontró un enorme fémur que lucía como referencia en el frente de la casa de campo.
Hoy, por esa singular popularidad pero más aún por la dicha de sentirse acompañada por incontables miembros de la familia, «doña Tika» acaba de trasponer la barrera de los 100 años.
¡Qué vida apasionante! ¡Y cuánta experiencia!

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