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Inició viaje sanador con la combi de sus sueños y su perra, se quedó "tirado" en Bariloche pero está feliz

Cristian, un conocido comerciante que maneja a remoto su emprendimiento cipoleño, comparte su “maravillosa experiencia” y su gratitud al mundo rodantero tras el percance. "Hay que vivir, de eso se trata", sugiere.

“Casa de herrero, cuchillo de palo”, reza el famoso refrán. Y a Cristian, el dueño de uno de los comercios de repuestos más prestigiosos de Cipolletti, justo le jugó una mala pasada y lo hizo sufrir una pieza que se rompió del “auto de sus sueños”, con el que acababa de iniciar esa apasionante experiencia que aguardó toda su vida.

En verdad, se trata de una combi Volkswagen modelo ’86, a la que su hijo bautizó “Argentina”. Este estimado vecino dejó su concurrido local de la calle Brentana al 500 (La Casa del Chevrolet) en manos de sus empleados, si bien supervisa todo a distancia, e inició un “viaje sanador”, para reencontrarse consigo mismo.

Es que a veces las personas por el alocado ritmo de vida y los problemas financieros desoyen a su cuerpo y mente, relegan la posibilidad del siempre necesario despeje, la desintoxicación y la meditación. En su caso, postergó 10 años la travesía que tanto ansiaba pero ya “no podía seguir esperando”.

Claro que como en todo viaje, nadie está exento de eventuales contratiempos o percances, los riesgos lógicos que conllevan salir a la ruta. Fierros son fierros y vaya si lo sabe por su rubro el bueno de Cristian, que cortó “clavos como loco” hasta que lo rescató la solidaridad del mundo “rodantero, los combinautas a los que estoy muy agradecido”.

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La combi, modelo 86, que se quedó en el camino pero ya fue reparada.

La combi, modelo 86, que se quedó en el camino pero ya fue reparada.

Me quedé tirado hace unos días en Bariloche, la combi no arrancó, estuve durmiendo en una estación de servicio y la gente de ahí me ayudó. Empezamos a mover líneas entre todos los combinautas, una comunidad solidaria, donde la gente ayuda sin pedir nada a cambio. ¡Qué valor darle a esa ayuda!, personas que no sabía que estaban pero afortunadamente están, que loco todo lo que se genera, esa comunión no tiene precio”, cuenta, agradecido, el viajero a LM Cipolletti.

“Se rompió la chaveta del eje del alternador, nos pusimos en línea con los grupos de las combi, empezaron a aparecer repuestos… Así tras unas noches complicadas resolví todo con la ayuda de ellos, los repuestos llegaron anteayer -por el martes- y como nevaba, llovía, no pudimos hacer mucho. Ayer sí salió el sol en todo sentido. Estoy re contento, feliz, hay un montón de gente que me está ayudando en el mundillo de las combi, desde el Valle hasta acá existe una comunidad enorme de gente hermosa y rondantera”, destaca en la continuidad de su interesante relato.

Hace poco ayudó él a dos brasileros a los que se les rompió la combi

Los roles, esta vez, se invirtieron. Es que así como ahora recibe ayuda ajena, hace poco fue él quien asistió a dos aventureros brasileros a los que se les quedó la Van en Cipolletti. Todo vuelve, dicen, en la vida...

“Argentina está funcionando bien, así que empezaré a recorrer nuevamente. Es genial lo que me está pasando. Es el auto de mis sueños, de toda mi vida y hoy, tras tanto tiempo de espera, toca disfrutar. Ahora voy a hacer la ruta de los 7 lagos, en combi, despacio, tranquilo y a vivir, porque de eso se trata”, reflexiona fiel a su estilo pensante y sin subestimar jamás las cuestiones emocionales ni espirituales.

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Cristian con los brasileros a los que ayudó hace poco en idéntica situación a la que vive él ahora.

Cristian con los brasileros a los que ayudó hace poco en idéntica situación a la que vive él ahora.

Viaja con una compañera incondicional: su perra Bulma. Y con el apoyo, a distancia, de su familia y del leal personal de su negocio. “Estoy viendo de trabajar remotamente, tengo un equipo de trabajo re confiable, gente buena y laburadora igual que yo. Es un viaje de reconocimiento, primera vez que comparto con otro ser que no es humano algo así, en un viaje de reparación, de sanar. La verdad, estoy re contento, sabía que alguna vez iba a hacerlo”, redondea Cristian y pone segunda.

Ya “repuesto” de un contratiempo, el viajero novato, el amigo rodantero continua su soñada escapada junto a Bulma. ¡Buena ruta!

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