El asma "no es cosa de niños": 10 mitos sobre una enfermedad crónica que no se cura, pero se puede controlar
El asma bronquial representa un problema importante de Salud Pública tanto a nivel mundial como en Argentina. Se considera que alrededor de 300 millones de personas en el mundo la padecen.
Es una de las enfermedades crónicas no transmisibles más frecuentes del mundo. Afecta a más de 250 millones de personas. El asma, no controlado adecuadamente, empeora el sueño, impide correr, saltar, bailar o subir una escalera. En casos severos, puede requerir hospitalizaciones y poner en riesgo la vida.
Por eso, especialistas advierten que la subestimación de la enfermedad impide el diagnóstico temprano y el control adecuado de los síntomas. Aunque persiste la creencia de que es una afección exclusiva de la infancia, el asma puede aparecer a cualquier edad y/o acompañar al paciente toda su vida.
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Día atrás se conmemoró el “Día Mundial del Asma”, evento anual organizado por la Iniciativa Global para el Asma (GINA) con los auspicios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mejorar la concientización y el cuidado del asma en todo el mundo, centrado en mejorar el conocimiento de esta enfermedad y en optimizar los cuidados de los pacientes asmáticos de todas las edades. El ministerio de Salud de Río Negro adhirió.
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas caracterizada por episodios reiterados de falta de aire o ahogo, sensación de pecho cerrado u oprimido, silbidos en el pecho (sibilancias) o presencia de tos, asociados con obstrucción al paso del aire por la vía respiratoria.
Estos episodios varían en severidad y frecuencia de una persona a otra y los factores desencadenantes más frecuentes son: infecciones respiratorias, contaminantes e irritantes ambientales (humo, polvo, pelos, polen, perfumes, aerosoles, etc.), cambios climáticos, actividad física, estrés emocional, medicamentos, factores hormonales (embarazo, período menstrual), reflujo gastroesofágico.
Representa un problema importante de Salud Pública tanto a nivel mundial como en Argentina. En el país, se destacó desde la cartera de Salud, ocasiona más de 400 muertes anuales y más de 15.000 hospitalizaciones por año en hospitales públicos de todo el país.
Como en toda enfermedad crónica, la educación es fundamental para el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno. "El diagnóstico temprano encuentra un gran aliado en la Espirometría, procedimiento no invasivo que pone de manifiesto la obstrucción bronquial característica de la enfermedad y permite no sólo confirmar el diagnóstico sino realizar el seguimiento, evaluar la respuesta a los medicamentos y valorar la gravedad y la progresión", se explicó. Es decir, monitorear la evolución de la enfermedad.
Mitos "que es hora de derribar"
A pesar de los avances en su diagnóstico y tratamiento, el desconocimiento y la circulación de información errónea siguen siendo barreras para su manejo eficaz. Por tal razón, profesionales de la salud alertaron sobre la necesidad de desmitificar creencias que impiden actuar a tiempo. Estos son las diez más frecuentes:
1. “El asma es cosa de niños”
Falso. Si bien es habitual que los primeros síntomas aparezcan durante la niñez y el asma es más frecuente en los primeros años de vida, puede desarrollarse a cualquier edad, inclusive en adultos mayores. Además, puede persistir durante toda la vida, con distintos grados de severidad. Los controles periódicos con el neumonólogo o alergista son fundamentales para ir ajustando el tratamiento y prevenir recaídas.
2. “No es una enfermedad grave”
Falso. El asma es una enfermedad crónica que puede tener consecuencias graves si no se trata adecuadamente. En ocasiones, para brindar una falsa tranquilidad a los padres, algunos profesionales de la salud minimizan el cuadro o evitan usar la palabra asma, eligiendo en su lugar expresiones como ‘tiene broncoespasmos’, ‘bronquitis frecuente’ o ‘se le cierra el pecho’.
Puede limitar actividades diarias, provocar ausentismo laboral y escolar, y propiciar cuadros de ansiedad y depresión . En los casos más severos, las exacerbaciones -episodios agudos que empeoran significativamente- pueden requerir acudir de urgencia a la guardia o incluso hospitalizarse.
3. “Es solo una alergia”
Falso. Minimizarlo es un error, pero -de todos modos- si bien a veces es de origen alérgico, es una afección compleja que involucra inflamación persistente de las vías respiratorias. En muchos casos, interviene en su desarrollo un mecanismo inmunológico conocido como inflamación de tipo 2, en el que hay una sobreexpresión de unas proteínas específicas.
4. “Sin síntomas, no necesito tratamiento”
Incorrecto. El asma puede tener períodos de calma, pero la inflamación subyacente suele estar presente, aunque no haya síntomas evidentes. En parte por estos periodos sin síntomas las personas no van al neumonólogo o alergista y se calcula que cerca de la mitad de los pacientes no están diagnosticados. Realizar una consulta e iniciar y cumplir un tratamiento preventivo es el mejor camino para evitar el desarrollo de síntomas e, inclusive, de crisis severas.
5. “El asma se cura”
Falso. En la actualidad no existe una cura definitiva para el asma, pero sí hay tratamientos muy eficaces para controlarla, inclusive para los cuadros más graves. Muchas personas con asma bien controlada llevan una vida completamente normal.
6. “Usar medicamentos a diario genera dependencia”
Mito; y uno muy perjudicial. Los medicamentos para el asma no generan adicción. Dejar de usarlos por miedo a la dependencia puede aumentar el riesgo de complicaciones potencialmente graves.
7. “Si tengo asma no puedo hacer ejercicio”
Falso. Con el asma controlada, la actividad física es posible y recomendable. “De hecho, el ejercicio mejora la capacidad respiratoria y la calidad de vida. Existen estrategias médicas para prevenir los síntomas durante la actividad”, explicó el Dr. Ricardo Del Olmo, médico neumonólogo.
8. “El diagnóstico requiere estudios invasivos”
Incorrecto. El diagnóstico de asma se realiza a través de una combinación de historia clínica, examen físico y pruebas simples como la espirometría, que mide la función pulmonar y es indolora y no invasiva.
9. “El asma se pasa solo con el tiempo”
Incorrecto. En algunos niños los síntomas pueden disminuir con los años, pero esto no significa que la enfermedad haya desaparecido. En muchos casos, el asma permanece latente y puede reactivarse más adelante.
10. “Solo necesito el tratamiento cuando tengo una crisis”
Depende. Esto depende del tipo de asma y de la indicación médica. En general, los especialistas recomiendan un tratamiento de base para reducir la inflamación, junto con el uso del broncodilatador de rescate solo para cuando sea necesario. Excepto en las formas más leves de asma, en donde es posible un tratamiento inhalatorio a demanda, las recomendaciones actuales son realizar un tratamiento de mantenimiento antiinflamatorio cuando el paciente está asintomático a fin de evitar las crisis.
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