Lo atacaron a balazos, pero perdonó al tirador y pidió que quede libre

Un hombre que estaba en prisión preventiva desde octubre del año pasado por intento de homicidio finalmente recuperó su libertad tras ser condenado a tres años de prisión en suspenso por causar lesiones graves calificadas por un ataque a balazos. y portación de arma sin autorización. La víctima fue clave para que recibiera una pena leve.

La pena, más leve a la prevista originalmente, se la impusieron en un juicio abreviado que requirió la confesión del acusado, y en el que además la propia víctima colaboró al manifestar que no quería seguir con la acusación y pidió que todo terminara ahí.

Ante el planteo del propio damnificado, la Fiscalía representada por el Martín Pezzetta y el Adjunto Juan Pablo Escalada, ajustaron la acusación tal como lo habían consensuado con el abogado defensor Walter Carrasco.

Destacaron que el hombre, que recibió varios balazos en un incidente callejero registrado en pleno centro de la ciudad y que pusieron en riesgo su vida, se había presentado a la sede fiscal y aclaró que no quería ir a un juicio pleno. Dijo que no iba a colaborar y que lo expondría en caso de tener que dar una declaración en un posible debate. Agregó que tampoco estaba de acuerdo que su agresor continuara detenido.

Patrullero

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Según afirmó, ambos se conocían de antes y el ataque -sostuvo- ocurrió como consecuencia de un conflicto que “está solucionado”.

Concluyó que avalaba cerrar la causa en un proceso abreviado con una pena en suspenso, y que “con una prohibición de contacto le alcanza”.

El acuerdo establecía la imposición de tres años de prisión en suspenso,ya que no registraba antecedentes, más el cumplimiento de pautas de conducta por el término de dos años, con hincapié en el impedimento de contacto.

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El juez Guillermo Baquero Lazcano resolvió aceptar el acuerdo y dictó la sentencia en los términos consensuados.

Consideró la voluntad manifestada por la víctima y el reconocimiento del acusado por el hecho que le imputaron.

Resaltó que además de la confesión contaban con pruebas que lo ubicaban como responsable del ataque, como el testimonio de los policías que concurrieron al lugar del hecho, la de los médicos que atendieron al herido y los videos de cámaras de seguridad que tomaron el episodio y que fueron recabados por personal de la Brigada de Investigaciones.

“Ha prevalecido en el caso, la necesidad de solucionar el conflicto del modo menos grave para las partes involucradas, sobre todo atendiendo a la víctima que ha sido consultada de manera previa, ha prestado su conformidad al respecto y expresamente consignó en la Fiscalía su negativa a ir a un Juico amplio”, expreso el magistrado en su fallo.

La madrugada del ataque a balazos

El ataque a balazos ocurrió la madrugada del 13 de octubre del año pasado y tuvo relación con un altercado que momentos antes ambos hombres habían protagonizado en KPLA, el bar situado en pleno centro cipoleño.

Todo indica que la bronca quedó latente porque -de acuerdo a lo que relata la acusación- minutos antes de las 7 Matías Vásquez caminaba con dos amigos por la esquina de Belgrano y 9 de Julio, donde fue interceptado por un auto Volkswagen Bora color blanco, del que bajó Marcos Neira portando un arma de fuego y “en forma amenazante” disparó al aire.

Vásquez se abalanzó sobre Neira, quien lo rechazó dándole un golpe con el arma en la cabeza. Sin embargo, la pelea no quedó ahí, sino que se produjo un forcejeo en el que se volvió a disparar varias veces el arma. Un balazo le rozó el lado izquierdo de la cabeza y otro en el cuello. Mientras que un tiro impactó en la rodilla izquierda y el más delicado en la espalda (región dorsal alta posterior del tórax).

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Las heridas fueron consideradas graves ya que pusieron en riesgo la vida de Vázquez, quien fue trasladado al hospital local donde fue intervenido quirúrgicamente de urgencia por el personal médico.

Neira fue detenido y quedó en prisión preventiva y su auto secuestrado. Originalmente lo imputaron por el delito de “Homicidio en grado de tentativa”. Pero con el cambio de postura de la víctima la acusación quedó por “lesiones graves calificadas por haber sido causadas por arma de fuego en concurso ideal con portación no autorizada de arma de fuego de uso civil”.

Libre y con auto

El fallo del magistrado Baquero Lazcano estableció que además de la pena Neira, quien permanecía en prisión preventiva, recuperaba la libertad “de manera inmediata”.

Además, también ordenó la restitución definitiva del VW Bora que había quedado secuestrado en el Parque Automotor de la Policía Caminera.

En cuanto a las pautas de conducta incluidas en la sentencia, tiene prohibido acercarse a la víctima ni contactarlo por cualquier medio. Tampoco debe cometer nuevos delitos ni abusar de bebidas alcohólicas ni consumir drogas. Además, debe fijar domicilio, presentarse una vez por mes en el Juzgado de Ejecución y someterse al cuidado y control del Patronato de Presos y Liberados.