
Cristina ordenó apoyar a Weretilneck
La Presidenta decidió enviar a Florencio Randazzo y al jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, para que encabecen una delegación del Poder Ejecutivo que mañana esté presente en el acto de asunción del nuevo mandatario.
Buenos Aires.- Cerca de las 8 de ayer, la presidenta Cristina Kirchner habló por teléfono con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, que la puso al tanto de la muerte del gobernador de Río Negro, Carlos Soria. De inmediato, sin comunicados oficiales ni palabras de consternación, la jefa del Estado ordenó a su equipo de colaboradores que le dieran un rápido apoyo al vicegobernador rionegrino, Alberto Weretilneck, para garantizar la gobernabilidad en la provincia, consignó el diario La Nación.
Sorprendida por las novedades, Cristina Kirchner decidió enviar a Randazzo y al jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, para que encabecen una delegación del Poder Ejecutivo que mañana esté presente en el acto de asunción del nuevo mandatario. La falta de precisiones sobre la muerte de Soria, que según se informó oficialmente ocurrió por un disparo de un arma de manera accidental en la madrugada de ayer, obligó a la jefa del Estado a guardar silencio.
La Casa Rosada evitó todo tipo de comunicación oficial y sólo la Presidenta dejó trascender que de las circunstancias de la muerte debía expedirse la Justicia. "Por el momento no habrá ninguna comunicación. Esperamos que lo investigue la Justicia", dijo una fuente oficial ante la falta de una posición pública de la Presidenta tras la noticia de la muerte de Soria. De todas maneras, desde el gobierno nacional se preocuparon por destacar que la Presidenta había analizado la situación con sus allegados y que había decidido respaldar al vicegobernador con el envío de sus ministros mañana a la provincia. En momentos en los que Río Negro estaba en una etapa de ajuste económico a partir del inicio del mandato de Soria (ver aparte), la primera reacción de la jefa del Estado fue enviar un mensaje de absoluto respaldo para garantizar la gobernabilidad.
La principal razón de la premura oficial, según explicaron a La Nación fuentes oficiales, es evitar que la muerte de Soria derive en un clima de incertidumbre institucional ante las dificultades económicas que enfrentaba la administración provincial. El fallecido mandatario había iniciado su período al frente de la provincia con un fuerte déficit fiscal y su primera medida fue anunciar un plan de reducción de empleados públicos.
(Fuentes: ADN –La Nación)
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