Una mujer se fue a operar de una hernia y le sacaron el ombligo
La damnificada asegura que, además de los daños físicos, el estado en el que quedó le generó serios problemas psicológicos. Pide que la clínica se haga cargo.
Una joven cipoleña denunció públicamente haber recibido una mala atención en una clínica privada de la ciudad, donde según señaló le practicaron una cirugía en la que no sólo no obtuvo los resultados esperados, sino que además la dejaron sin ombligo.
Se trata de Lauriana Vidal, de 19 años, quien llegó al centro de salud para intervenirse quirúrgicamente por una hernia y hacerse, de paso, un retoque abdominal para mejorar su aspecto luego de haber parido a su bebé.
“Después de la operación se me inflamó todo y tuve muchas supuraciones. El médico me dijo que no me preocupara, que esperara un mes y que todo iba bien. Pero la realidad fue que quedé peor que antes y encima me sacaron el ombligo, cuando la hernia era más arriba y no tenían ni que tocarlo”, lamentó indignada Lauriana.
Por su parte, su padre Daniel, aseguró que por estas horas están siendo asesorados por un abogado que los guiará en los pasos a seguir porque tienen pensado llevar el caso a la Justicia. “Nosotros no queríamos llegar a esta situación, pero desde la clínica no nos dieron ninguna respuesta”, señaló.
Además, el hombre indicó que la operación de la hernia se la cubrió la obra social, pero no así la otra, por la que les habrían cobrado $10.000. “Nosotros actuamos de buena fe. Confiamos en los médicos. Pero ahora no tenemos nada para reclamar, porque ni boleta nos dieron”, sostuvo Daniel quien aseguró que lo único que quiere es el bienestar de su hija. “Si tengo que vender mi camioneta para que se vuelva a operar, lo voy a hacer. Pero no voy a parar hasta que nos den una respuesta”, remarcó.
A su vez, indicó que ya vieron a otros profesionales que les confirmaron “que lo que le hicieron a mi hija es un desastre. Es más, uno de ellos nos dijo que no se animaba a volverla a operar”.
Daños psicológicos
Además de los problemas físicos que -asegura- le causó la operación, Lauriana ahora está sumida en una profunda depresión.
Las condiciones en las que quedó su panza generaron en ella un gran complejo. “Ahora, que estamos en verano, no puedo ir a bañarme a ningún lugar”, afirmó consternada.
Su padre contó que están analizando la posibilidad de que comience un tratamiento psicológico.







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