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Crimen de Jorge Gatica: la vecina de la comisaría 45 dio detalles de lo que vio y escuchó la noche fatídica

El fuerte testimonio de una vecina que escuchó los gritos y golpeó la puerta de la Comisaría: "Siempre se escuchaba gritos, pero nunca como esa vez".

En la tercer jornada del juicio por jurados por la muerte de Jorge Gatica, ocurrido en abril de 2022 en la comisaría 45 de Cipolletti, una testigo aportó un testimonio que sacudió la sala. Se trata de Cristina Vallejos, quien vive pared de por medio con la seccional donde ocurrieron los hechos.

Frente a las y los jurados populares, contó que la noche del 22 de abril escuchó gritos desesperados desde la comisaría, observó cómo bajaban a un joven de un patrullero y cómo varios policías lo golpeaban: "lo tiraron el piso y lo empezaron a golpear. Le pegaron en la cabeza. Estaban todos amontonados arriba del muchacho" relató.

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La testigo dijo que no pudo identificar a los efectivos por la cantidad de cuerpos amontonados. Más tarde, advirtió una mancha de sangre en el lugar y se lo hizo saber a un policía, que salió con un balde para limpiarla.

En medio de ese clima, su esposo se descompuso. Lo llevó al hospital en un taxi y fueron atendidos cerca de las 21:15. "Antes de salir se seguían escuchando gritos. Cuando volvimos también. Eran impresionantes", dijo. Agregó que los ruidos eran habituales en la comisaría, pero esa noche fue diferente. “Nunca se sintió como esa vez. Muy fuerte, muy bruto. 'Socorro, auxilio', gritaba”, describió.

Lo más impactante de su relato fue cuando contó que, por primera vez en su vida, se animó a golpear la puerta de la comisaría. “Estaban todas las luces apagadas. Me abrió una mujer. Le pregunté por qué tanto grito. Me dijo ‘está todo bien’. Yo les dije: ‘Ustedes no van a parar hasta que maten a uno’”, recordó. Calculó que esa conversación ocurrió cerca de las 23. Poco después, cesaron los gritos.

La declaración de una agente que podría ser clave

La Sargento Primero Andrea Enríquez, representada por Federico Diorio, aceptó declarar ante el jurado popular en la primera audiencia del debate. Aseguró que no agredió a Gatica y apuntó contra otro de los acusados, el Cabo Primero Jorge Sosa. "Cuando nos detuvieron nos llevaron a Neuquén y al otro día nos trajeron para imputarnos y `Sosa me dijo tranquila, que la saco de esto, usted no tiene nada que ver`".

Los otros acusados acusados son el sargento Alcides Quintrel, quien es asistido por la abogada María Denise, y el también cabo Primero Walter Carrizo.

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La sargento Primero Andrea Enríquez, una de las imputadas, declaró en la primer jornada.

La sargento Primero Andrea Enríquez, una de las imputadas, declaró en la primer jornada.

Luego de la breve declaración de Enríquez, comenzaron la declaraciones de testigos propuestos por las partes. Se detallaron diversos peritajes realizados en la Comisaría 45 donde la víctima fue alojada tras la detención por un hurto y golpeada antes y después de un traslado al hospital Pedro Moguillansky.

La Policía describió la responsabilidad de los policías asegurando que hubo agresores y otros que atestiguaron, pero no hicieron "nada para frenar" la golpiza.

En total, a Gatica le infringieron más de 100 golpes, algunos de los cuales, a causa de rodillazos dados cuando la víctima estaba en el suelo, "le quebraron las costillas, ocasionándole la hemorragia que le produjo la muerte".

El caso Jorge Gatica

La noche del 9 de enero de 2023, Jorge David Gatica, que tenía 36 años de edad, fue detenido por haber intentado robar dos kilos de carne y un kilo de chorizos en una despensa del barrio Anai Mapu de Cipolletti. Lo llevaron esposado a la Comisaría 45, ubicada a la vuelta del comercio, y poco después de la medianoche falleció.

La autopsia reveló que había recibido más de 100 lesiones por todo el cuerpo, producto de una feroz paliza. La mortal fue una fractura de costillas que le perforaron el hígado, lo que le provocó una hemorragia fatal.

Cinco policías de esa unidad fueron acusados por la brutal golpiza. Uno de ellos, el oficial Gastón Moraga, admitió que no hizo nada para impedir la agresión y fue condenado en un juicio abreviado a tres años de prisión condicional. La pena no lo lleva a prisión, aunque ya no vestirá el uniforme de la fuerza porque quedó inhabilitado de por vida para ocupar cargos públicos.

Los otros cuatro efectivos comenzaron a ser juzgados este lunes con la participación de un jurado popular por el delito de “tortura seguida de muerte”, una calificación que solo prevé prisión perpetua.

Están en el banquillo la sargento Primero Andrea del Carmen Enríquez; el cabo Primero Walter Denis Carrizo (ambos defendidos por el abogado Federico Diorio); el sargento Vilmar Alcides Quintrel, quien es asistido por la abogada María Denise Mari y el cabo Primero Jorge Luciano Sosa, defendido por Damián Moreyra.

Todos están en situación pasiva y en prisión preventiva. Sosa y Quintrel la cumplen en el Establecimiento de Ejecución Penal IV, ex Maruchito, de General Roca. Mientras que Henriquez y Carrizo están presos en sus casas.

El debate es dirigido por el juez Marcelo Gómez, con la intervención de los fiscales Santiago Márquez Gauna (jefe) y Martín Pezzetta.

En tanto los padres de la víctima se presentaron como querellantes con la asistencia de Iván Chelía, Leonel Herrera Montovio y Rubén Antiguala.

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